América Latina, responsable del 60% de la producción de café en el mundo, enfrenta importantes desafíos para la conservación y sustentabilidad de sus cafetales.

 

EDICIÓN 99 | 2021


Aleida Rueda (*)

 

Apesar de ser una de las regiones con mayor producción de café para consumo interno y exportación al resto del mundo, América Latina enfrenta importantes desafíos para la conservación y sustentabilidad de sus cafetales.

 

Muchas de las áreas donde se siembra el café están ubicadas en zonas de importancia ecológica, como bosques o áreas protegidas, por lo que la expansión del cultivo impacta en aspectos como la conservación de la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y la disponibilidad de agua. Estos impactos tienen, a su vez, consecuencias en la propia calidad y sustentabilidad del café.

 

RECONFIGURACIÓN DE TERRITORIOS

 

Un grupo interdisciplinario que incluyó a investigadores, caficultores, organizaciones de campesinos y representantes de organismos internaciones, publicó recientemente en la revista Agronomy for Sustainable Development un artículo que reporta siete patrones que están reconfigurando estos territorios como nunca durante los últimos 20 años.

 

Algunos de estos patrones son: el cambio de variedades de café; la intensificación del manejo del café a través de un mayor uso de agroquímicos y menos sombra; la conversión del café a otros usos agrícolas de la tierra; la expansión del café en zonas boscosas; y la urbanización de los paisajes cafeteros.

 

Además, los efectos de las plagas y los impactos del cambio climático están llevando al cultivo del café a condiciones desafiantes, en las que se requiere la participación representantes de la ciencia y la tecnología, pero también de productores, campesinos y conservacionistas.

 

PACTO MUNDIAL DEL CAFÉ

 

En un video realizado por Scidev algunos de los participantes de este estudio y un especialista externo abundan en las causas de estos patrones y cómo solucionar la disyuntiva que parece irresoluble: ¿cómo continuar con la producción del café sin poner el riesgo el ecosistema que nos permite cultivarlo?

 

Ellos precisan que, en los últimos años, se han dado cambios drásticos en América Latina, la región que produce el 60% del café en el mundo; remarcando que se trata de un sector que enfrenta periodos de expansión y contracción; en parte, debido a la oferta y demanda, las plagas vinculadas a este cultivo, y la volatilidad de los precios del café en los últimos 20 años.

 

Señalan que estas presiones han sido cada vez más evidentes y que una de las que ha tenido mayor incidencia fue el fin del Pacto Mundial del Café; un acuerdo que firmaban distintos países cada cierto tiempo con el fin de negociar los precios del grano y que protegía a los productores de los vaivenes del mercado.

 

“…existen diferentes actores con distintas estrategias, alrededor de la producción de este cultivo…” PERFI

 

 

Andrés Guhl , geógrafo y profesor asistente de la Universidad de los Andes en Colombia dice que este Pacto funcionó relativamente bien entre los años 60 del siglo pasado y 1989 cuando Estados Unidos decide retirarse del mismo “transtornando el mercado mundial de manera enorme.” Precisa que, sin el pacto de por medio, los productores el mercado decide vender todo el café que tenían logrando derrumbar los precios hasta el piso.

 

EL APORTE DEL CAMBIO CLIMÁTICO

 

Agrega que a esta situación se sumó, a partir de los años 90 y sobre todo del siglo XXI; el cambio climático, las plagas y las enfermedades que hicieron que varias personas vinculadas al cultivo del café y la investigación comenzaran a estudiar también sus efectos sobre el paisaje, más allá de los contornos meramente económicos.

 

“He visto muchos cambios a lo largo de los años que preocupan por los bosques, la biodiversidad y también por los productores y sus medios de vida”, dice Vivian Valencia, agroecóloga y profesora asistente de la Universidad de Wogeningen, Holanda que, tras haber participado en un taller sobre esta situación con varios otros expertos, publicó algunos patrones comunes en la región.

 

Los resultados publicados en la revista Agronomy for Sustainable Development, revelan que las zonas tradicionalmente cafetaleras están experimentando cambios importantes cuyos efectos son aun difíciles de dimensionar; mientras el grupo identifica que hay patrones regionales de cambio de uso de suelo en la producción de café a otras actividades; introducción de plantaciones en zonas donde antes no se cultivaba este producto; y, expansión del café en zonas boscosas así como la urbanización de las zonas cafetaleras; asegurando que todos estos cambios son producto de presiones económicas y de políticas públicas que no incluyen una perspectiva sustentable.

LA DISYUNTIVA DE PRODUCIR Y EXPORTAR

 

Según Inge Armbrecht, bióloga y profesora de la Universidad del Valle, Cali Colombia, estos hechos están creando cambios incluso en el paisaje de las regiones donde se produce café, asegurando que la base de estas tensiones económicas es la disyuntiva entre producir y exportar más café; y, por otro lado, mantener la salud de los ecosistemas.

 

Para Andres Guhl, el desafío está en terminar con la inequidad en la distribución de las ganancias. Considera que la cadena de mercado del café, como todas las cadenas de mercadeo de estos productos que se llaman commodities que se dan en países en vías de desarrollo y son consumidos en el primer mundo en su mayoría; es “inequitativa”. “Hay unas cadenas muy inequitativas y son los intermediarios quienes se quedan con la gran tajada del mercado,” precisa.

 

“Los campesinos y productores son los más afectados”, acota al indicar que existen diferentes actores con distintas estrategias, alrededor de la producción de este cultivo y que los productores solo producen café en detrimento incluso de otros productos para su propia seguridad alimentaria; lo que estaría influyendo en la decadencia de otros productos agrícolas en la región, probablemente un símil con el cultivo de la coca en la región andina de América Latina.

 

Los involucrados en este debate consideran que si hubiera mayor equidad habría menos agresión incluso al medio ambiente; asegurando que la comprensión de estos patrones puede llevar a interacciones más sustentables desde la ciencia, las comunidades de productores y las políticas públicas. Por ejemplo, dicen, proteger el medio ambiente puede ser el camino a una producción sostenible y racionalmente amigable con el medio ambiente; así como ampliar el concepto del negocio a pensarlo como una estrategia de vida, para evitar que vaya aumentando el riesgo de este cultivo.

 

“…una de las razones más evidente fue el fin del Pacto Mundial del Café…”

 

 

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