En la mira por el cambio climático, las refinerías y las compañías tradicionales del sector petrolero, en general, apuestan por el uso eficiente de sus procesos para ser parte de la transición energética. En este marco, destacan que la integración regional solo será posible si los gobiernos ofrecen políticas de Estado de “largo aliento”.

 

EDICIÓN 110 | 2022

Elizabeth Riva Álvarez

Ante la urgencia de la transición energética, las empresas petroleras se ven obligadas a hacer máseficientes sus procesos y participar también en la producción de energías renovables, para contribuir a la reducción de los gases de efecto invernadero.

 

Además, ven necesaria una integración regional efectiva tanto para promover el desarrollo de los países como para lograr, de manera real, la transición energética. Sin embargo, reconocen que este aspecto está directamente relacionado con las políticas internas dictadas por cada gobierno nacional lo que, en algunos casos, puede ser limitante para proyectos con grandes objetivos.

 

Tres profesionales del rubro petrolero analizan, en el coloquio de la revista ENERGÍABolivia, los retos que plantea a su sector la transición energética, el panorama político de la región y las implicancias de una integración energética regional. Los invitados fueron: Alex Benavente, de nacionalidad chilena, gerente de negocios-downstream USA para Tracerco, una compañía Johnson Matthey, con base en Houston, Texas.

 

Diego Ballesteros, colombiano, ingeniero químico, con especialización en gestión de proyectos y encargado desarrollar negocios en clientes como Ecopetrol, la empresa petrolera estatal de Colombia; y, Yamile Wilches Novoa, colombiana, especialista y consultora senior en la industria de hidrocarburos y gerente de Sebastopol S.A., refinería privada que está en pleno desarrollo en Colombia.

 

MEJOR TECNOLOGÍA

 

En opinión de Benavente hay tres pilares que todas las empresas se plantean para la transición energética: el primero, aumentar la eficiencia de sus procesos, no sólo en términos económicos, sino también en el uso de los recursos, donde surge la premisa del “comprar menos y utilizar más”. Esto implica mejorar tecnología e incorporar tecnologías nuevas.

 

El segundo pilar, seguir el camino de la integración a las energías limpias. “Si bien no se puede tener 100% de energías renovables, sí se puede hacer que los procesos petroleros y de gas tengan la menor cantidad posible de emisiones de gas de efecto invernadero”, dijo.

 

El experto también considera, como tercer pilar, que la integración de las tecnologías de la informática, el internet de las cosas y la integración de la digitalización, tienen un impacto positivo en la realización de procesos más eficientes, con impacto en las finanzas de las empresas.

 

“La eficiencia de los procesos, la integración de las energías renovables y la digitalización van a confluir en una transición energética a energías más limpias, no del todo, no en todos los lugares al mismo tiempo, pero hacia allá es la tendencia”, puntualizó.

 

PROCESOS LIMPIOS

 

Yamile Wilches destacó que Colombia es un país muy alineado a las políticas internacionales y acuerdos multilaterales, en lo que se refiere a la reducción de emisiones de CO2, por lo que los procesos y proyectos petroleros, como por ejemplo la Refinería Sebastopol S.A., deben también cumplir tales exigencias. “Es fundamental alinear todos y cada uno de los procesos en la producción de combustibles y, desde luego, que la refinería colombiana Sebastopol ha implementado una serie de tecnologías para la eficiencia energética. Es la primera refinería privada en ser construida en Latinoamérica con transición energética y transformación justamente de estos procesos, para producir combustibles limpios”, dijo.

 

La experta puntualizó que Sebastopol S.A.S, es una refinería de energías convencionales, con altos parámetros para reducir las emisiones de CO2. La compañía también cuenta con una serie de unidades para producir energía renovable como una planta de hidrógeno verde para uso vehicular, otra de amonio líquido y una sección de energía fotovoltaica.

 

NUEVA OPORTUNIDAD

 

Diego Ballesteros considera que está es una época que brinda, a todo el sector energético, la oportunidad de crecer, pero, teniendo una convivencia sana con el medioambiente y la sociedad. “El tema de transición hay que verlo como una oportunidad para descubrir nuevas formas de tener energías renovables, en una región rica en recursos, como es Latinoamérica”, dijo.

 

A nivel corporativo y empresarial, enfatizó que también hay la oportunidad de identificar nuevas tecnologías como está ocurriendo en Colombia donde, sus refinerías en particular, están contribuyendo ampliamente adquiriendo la mejor tecnología para reducir emisiones y descarbonizar, y así avanzar en la transición.

 

PANORAMA POLÍTICO

 

Los expertos colombianos coinciden en que el nuevo gobierno de su país, ha dado buenas señales, tanto en su campaña, como en su discurso, para seguir el camino de la transición energética, dando incentivos a las compañías del rubro energético para hacer inversiones.

 

Según la gerente de Sebastopol S.A.S, Colombia es un país riguroso en políticas medioambientales, y tiene una serie de acuerdos a cumplir. Adicionalmente, dijo que el gobierno colombiano ofrece varios incentivos, entre ellos, para las plantas fotovoltaicas o energías no convencionales, igualmente en materia de hidrógeno, para motivar la inversión en este tipo de proyectos.

 

Por el lado de la empresa, hay una integración vertical, es decir las compañías de petróleo están girando, de ser petroleras a ser de energías…”

 

 

“Nosotros, como refinería nos sentimos cómodos con la regulación contractual colombiana y hemos tenido proyectos alineados, tal cual lo exigen. Existe una serie de incentivos para la industria en lo que refiere a incorporar tecnologías y lo que tiene que ver con la reducción de emisiones de CO2”, dijo.

 

Diego Ballesteros remarcó que “hablar del contexto político frente al sector petrolero demanda bastante responsabilidad”, afirmando que en Colombia y hasta el momento el discurso que ha manejado el Gobierno ha sido “acertado” ya que esto tiene componentes ambientales, económicos y sociales.

 

“Lo que hemos leído es que el concepto es crecer en la transición, ciertamente descarbonizar la economía de la mano de políticas sociales como lo es, por ejemplo, el turismo”, dijo al aludir a estrategias que permitan, paulatinamente, compensar la baja de divisas provenientes del sector de los hidrocarburos, mirando, además, la inmensidad de recursos naturales que ostenta la región, “que se pueden explotar en el marco no sólo de una filosofía extractiva sino también de convivencia y constructiva”, como una forma de abaratar la energía y apalancar el desarrollo, en consonancia a una política de Estado.

 

Por otra parte, Benavente considera que, casi en general, la visión ideológizada de los gobiernos de Latinoamérica dificulta la inversión extranjera y la integración energética de la región.

 

“La visión ideológica que tienen los gobiernos de turno en Latinoamérica va marcando lamentablemente un retroceso, como dos pasos para adelante y uno para atrás. Eso impide que haya una consistencia en las políticas públicas de largo plazo”, afirmó el profesional chileno. Según el experto, la predominancia ideológica sobre los principios financieros o comerciales, impide que los países, específicamente los gobiernos, puedan proyectar obras a largo plazo, como gasoductos o líneas de transmisión, que requieren fuertes inversiones. Además, hay países en los que la influencia de los grupos sociales, como los ambientalistas o indigenistas, es más fuerte y frena o pone muchas barreras para la ejecución de obras.

 

En cuanto a la inversión privada, Benavente sostiene que también se siente atraída o ahuyentada, dependiendo del discurso de los gobiernos y los niveles de seguridad económica y jurídica que se ofrece.

 

Sobre la integración energética, apuntó que se tiene dos componentes, el de los países y el de las empresas. “Por el lado de la empresa, hay una integración vertical, es decir las compañías de petróleo están girando, de ser petroleras a ser de energías, porque ese cambio les permite integrar no solo los procesos del petró- leo sino todas las energías renovables, y eso es viable tanto en empresas públicas como privadas”. Lamentó, en este marco, que el potencial de integracion energética que podría existir entre algunos países, como por ejemplo Bolivia y Chile y/o Brasil y Argentina, muchas veces se dispersa debido sobre todo a dinámicas ideológicas más que a una lógica financiera o técnica.

 

“Los medios y los recursos para la integración están planteados en una región que tiene mucho potencial para construir un bien colectivo…”

 

 

Mencionando varias inciativas de integración en la región, los analistas coincidieron en remarcar la importancia de su fortalecimiento, evitando polarizaciones de orden ideológico, y asegurando que los proyectos petroleros y de energía renovable que permitan la transición energética deben estar regidos por políticas de Estado, no por ideologías de gobiernos de turno, “con una claridad a largo plazo”, para alcanzar objetivos de impacto en relación al medioambiente, la sociedad y las empresas.

 

“Los medios y los recursos para la integración están planteados en una región que tiene mucho potencial para construir un bien colectivo, a partir de relaciones de confianza”, precisó Diego Ballesteros.

 


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