Destaca la criptominería a partir del gas de desecho de los campos hidrocarburíferos para generar monedas como Bitcoin, en base a un proyecto piloto en Bolivia. La propuesta fue realizada durante la primera edición del “Bolivia Blockchain Summit 2024”.

 

EDICIÓN 134 | 2024

Raúl Serrano

 

Durante la primera edición del “Bolivia Blockchain Summit 2024,” Diego Monroy, Ingeniero de Ventas de Luka Industries LLC, realizó una innovadora exposición sobre la criptominería utilizando gas de desecho o flare gas, para generar criptomonedas como Bitcoin.

 

Esta presentación se basó en la experiencia previa de un proyecto exitoso implementado en Texas el año pasado y exploró su replicabilidad en Bolivia, específicamente en un pozo en Warnes, del departamento de Santa Cruz.

 

Monroy comenzó su presentación recordando una introducción al tema que se había realizado en un evento anterior, también organizado por ENERGÍABolivia, denominado “Cena de las Energías 2024”en Abril de este año, remarcando que esta nueva exposición muestra el modelo de negocios con el sustento financiero del proyecto, destacando su potencial de replicabilidad a menor escala en Bolivia. El objetivo principal es utilizar gas de desecho de las prácticas de “Gas Flaring” que, de otro modo se desperdiciaría, para alimentar generadores que energicen equipos de minería de Bitcoin, replicando el modelo de negocio ya implementado en Texas.

 

A manera de contexto, aprovechó la ocasión para explicar el concepto de Tokenización, comparándolo con el sistema del Gold Standard que regía las emisiones de dólares respaldados por oro en los Estados Unidos antes de 1971. Se basó en este concepto para explicar la diferencia entre una Stablecoin y el Bitcoin, el cual es caracterizado por ser muy volátil y que en un periodo de un año, alcanzó una variabilidad de 123%, pasando de un valor de $us 24,900 a un pico máximo de $us 73,826 Vs Stablecoins como el USDC y el USDT, que no superaron una variabilidad del 0.01% en el mismo periodo, tenido una paridad de uno a uno con el dólar físico.

 

“…Monroy demostró cómo el gas de desecho, que tradicionalmente ha sido una fuente de contaminación y un ejemplo de desperdicio de energía, podría convertirse en una fuente de ingresos…”

 

DEL FLARE GAS AL ORO DIGITAL

 

Uno de los aspectos clave de su presentación fue visibilizar el impacto ambiental del flare gas en la industria petrolera así como el desperdicio de energía que se tiene a nivel global por dicha práctica. Monroy explicó que el flaring es una práctica común de la industria que se implementa por protocolos de seguridad en los sistemas de alivio de presión de las plantas de procesos, así como un protocolo de mitigación de impacto ambiental bajo el concepto de que es menos dañino emitir CO2 en el ambiente, que liberar metano en la atmosfera, ya que este es un gas de efecto invernadero mucho más dañino que el CO2. Señaló también que según datos del Banco Mundial, en 2023 se quemaron 148 mil millones de metros cúbicos de gas a nivel mundial, una cifra alarmante si se considera que equivale a 10 años de la producción de gas en Bolivia. “Este gas quemado genera una contaminación significativa, equivalente a 350 millones de toneladas de CO2 al año”, dijo.

 

En esta línea, destacó que este gas desperdiciado podría ser aprovechado para generar electricidad en lugares remotos, donde sería poco factible construir infraestructura de líneas de transmisión para llevar esta energía a las ciudades. Sin embargo, en lugar de simplemente quemar el gas, propuso utilizarlo para generar electricidad en zonas remotas, para alimentar contenedores llenos de computadoras de minería de Bitcoin. Esta solución no solo reduciría la huella de carbono, sino que también aprovecharía una fuente de energía subutilizada para generar ingresos, que en el caso de Bolivia, esto implicaría una inyección de USDTS al sistema financiero, una vez que estos Bitcoins sean convertidos en dicha moneda con ayuda de plataformas de Exchange digitales como Binance por ejemplo.

 

En cuanto a la viabilidad económica del proyecto, Monroy presentó un análisis detallado de los costos y beneficios de la criptominería de Bitcoin con flare gas. En el caso del pozo en Warnes, que queman aproximadamente 207 mil metros cúbicos de gas al año, afirmó que las emisiones de CO2 podrían reducirse significativamente mediante un proceso de combustión más eficiente en generadores eléctricos. Además, dijo que el proyecto generaría ingresos adicionales mediante la venta de bonos de carbono, que son atractivos para empresas que buscan compensar sus emisiones, como las aerolíneas.

 

MOMENTO OPORTUNO

 

Monroy concluyó señalando que este es un momento oportuno para invertir en infraestructura de minería de Bitcoin, dado que el costo de los equipos ha disminuido debido a la baja actual del hashprice, que es el costo a través del cual se remunera a los minadores de Bitcoin por su capacidad instalada de cómputo. “Con la expectativa de que el mercado se recupere basándose en el análisis técnico del comportamiento del mercado del Bitcoin en el tiempo, los inversionistas podrían obtener altos rendimientos en el mediano plazo”, precisó, subrayando que la historia de los mercados de criptomonedas es cíclica, por lo que es probable que los precios del hashprice vuelvan a subir en los próximos meses, lo que haría que la inversión sea aún más rentable.

 

En resumen, la presentación de Diego Monroy en el “Bolivia Blockchain Summit 2024” fue una propuesta disruptiva y visionaria para Bolivia. Al combinar la criptominería con la sostenibilidad energética, Monroy demostró cómo el gas de desecho, que tradicionalmente ha sido una fuente de contaminación y un ejemplo de desperdicio de energía, podría convertirse en una fuente de ingresos y crecimiento económico a través de la minería de Bitcoin y la venta de bonos de carbono.

 

…en lugar de simplemente quemar el gas, propuso utilizarlo para generar electricidad en zonas remotas…”

 

Energía Bolivia

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