El empresario afirma, además, que el sector privado boliviano se perfila como un actor estratégico en la transición hacia fuentes renovables…
EDICIÓN 142 | 2025
Raúl Serrano
En un contexto de crisis energética y creciente demanda de combustibles, el sector privado boliviano se perfila como un actor estratégico en la transición hacia fuentes renovables. Así lo demuestra la experiencia de Aguaí que, en apenas 12 años de operación, ha triplicado su producción de alcohol, duplicado su producción de azúcar y expandido significativamente su capacidad de generación eléctrica a partir de biomasa.
Durante la reciente Cena Anual de las Energías (CAEE) 2025, Cristóbal Roda Vaca, presidente del Ingenio Sucroalcoholero Aguaí, destacó que Bolivia siempre ha contado con combustibles propios: gas natural, petróleo, derivados, etanol y otras formas de energía. Sin embargo, advirtió que, mientras la demanda de gasolina ha crecido un 55% en la última década, la producción de gas y petróleo ha caído en 54% y 42%, respectivamente. En este contexto, dijo que las energías renovables emergen como una respuesta urgente y viable.
AHORRO DE GAS
Rememoró que Aguaí comenzó su incursión en este rubro a partir de su actividad principal: la producción de azúcar y alcohol. Sostuvo que esta diversificación, impulsada por la necesidad de optimizar recursos y responder a las restricciones del entorno, se ha traducido en inversiones sostenidas y en la incorporación de tecnologías de punta. Hoy, el ingenio genera hasta 70 megavatios por hora, lo que equivale al consumo de una ciudad de 200.000 habitantes. Además, ha evitado la emisión de 80.000 toneladas de CO2 y el uso de grandes volúmenes de gas natural que ahora pueden ser exportados.
Con una nueva inversión en marcha la instalación de un segundo ingenio adyacente al actual Aguaí busca duplicar su producción y su capacidad energética. La incorporación de una caldera de 300 toneladas por hora, la más grande del país, permitirá alcanzar una generación de 130 megavatios. Esto significará un ahorro de medio millón de metros cúbicos de gas por día y la reducción de 140.000 toneladas adicionales de emisiones.

FALTA DE INSTITUCIONALIDAD
El empresario también hizo hincapié en las dificultades que enfrenta el sector privado para planificar a largo plazo debido a la falta de institucionalidad y claridad en las políticas estatales. Señaló que, durante seis años, solicitaron sin éxito una proyección oficial de demanda de etanol. “Solo en el último año, YPFB solicitó un aumento en el suministro, pero ya era tarde para realizar las inversiones necesarias a tiempo. Sin embargo, estamos trabajando para cumplir esa demanda”, remarcó.

“…la experiencia de Aguaí demuestra que, con visión, inversión y compromiso, es posible avanzar hacia una matriz energética más diversificada…”
Actualmente, la mezcla de etanol en la gasolina alcanza solo el 12,5%, pero existe el potencial de duplicarla al 24% sin afectar el funcionamiento de los vehículos. Esto permitiría reducir significativamente las importaciones de gasolina con un producto 100% nacional.
El expositor, que preside a la empresa más joven del rubro azucarero, concluyó destacando que el sector privado ha asumido todo el riesgo e inversión en el desarrollo del etanol, sin aportes del Estado. Asimismo, subrayó que Bolivia tiene un gran potencial en energías eólica y solar, lo cual representa una oportunidad estratégica para los inversionistas privados comprometidos con un modelo energético más limpio y sostenible.
MATRIZ DIVERSIFICADA
Fue categórico al señalar que la experiencia de Aguaí demuestra que, con visión, inversión y compromiso, es posible avanzar hacia una matriz energética más diversificada y resiliente, incluso en tiempos de incertidumbre. En esta línea sostuvo que continuará encarando nuevas inversiones en la empresa “con muchas ganas”, precisando que como empresa seguirán apostando por el desarrollo nacional, aun sabiendo que implica asumir riesgos, en un país de contrastes extremos en lo económico y lo político.
“Siempre hemos sabido salir adelante, capeando las dificultades, como decimos los cambas. Hoy, algunos dicen que estamos en crisis, pero la verdad es que recién la estamos empezando. No sabemos cuánto va a durar, sin embargo, las oportunidades son enormes. Solo el último año se fueron del país al menos cinco grandes multinacionales: Alicorp, Kimberly, KPMG, Bupa, entre otras. ¿Y quién quedó? Nosotros. Los bolivianos, los cruceños, le pusimos el pecho. No vamos a retroceder. Si otros se van, que se vayan. Nosotros vamos a seguir adelante, porque conocemos los riesgos, la idiosincrasia de nuestra gente, y estamos comprometidos con nuestro país”, concluyó ante un lleno completo de asistentes a la CAEE 2025.

…el sector privado ha asumido todo el riesgo e inversión en el desarrollo del etanol, sin aportes del Estado…”

