Una segunda caldera de 160 TMV/hora y, un nuevo turbogenerador de condensación y contrapresión de 60 MWH, son la apuesta de esta empresa cuyos negocios presentaron márgenes muy satisfactorios, durante la gestión fiscal 2020.

 

  EDICIÓN 99 | 2021


Raúl Serrano

Para superar restricciones de las líneas de producción de azúcar y alcohol y llegar al 100% de las capacidades nominales instaladas, el Ingenio Sucroalcoholero Aguaí, definió como necesario encarar dos proyectos estructurales: la instalación de una segunda caldera con una capacidad de 160 TMV/ hora y un nuevo turbogenerador de condensación y contrapresión SIEMENS, que permitirá inyectar hasta 60MW/ hora al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SIN).

 

Este reto en medio de condiciones particularmente adversas debido a un contexto económico, político y social complejo desde 2019 que se agudizó en 2020 con la crisis sanitaria global obligó a la empresa a multiplicar esfuerzos ya que los que se realizaban desde 2013, cuando iniciaron sus operaciones, en medio de otra crisis mundial del petróleo, terminaron siendo insuficientes, relata el presidente del Directorio, Cristóbal Roda.

 

“Por estos hechos, la salud económica y financiera de Aguaí se vio comprometida y se tomó la decisión estratégica de montar una línea de producción de azúcar con una capacidad nominal de 18,000 qq/día”, dice Roda agregando que esta decisión provocó un impacto muy positivo en la rentabilidad de Aguaí. Sin embargo, reconoce que cuando se empezó

 

a trabajar en forma conjunta con las líneas de producción de alcohol y azúcar, el vapor resultaba insuficiente y no se pudo llegar a más del 60% de utilización de la capacidad nominal de dichas líneas. Esto motivó a realizar las actuales ampliaciones que acaban de ingresar en operación.

 

BIOCOMBUSTIBLES

 

“El año 2018, nació el proyecto de biocombustibles. Aguaí en forma conjunta con Unagro, liderizaron las negociaciones para cambiar la matriz energética del país. Aguaí se convirtió en el primer Ingenio en montar la primera planta de deshidratación de alcohol, vía tamiz molecular, que puede trabajar a la misma capacidad que la destilería; dicha línea presenta un alto consumo de vapor que complica aún más las operaciones por las restricciones de vapor”, refiere Roda.

 

Explica que para superar estas restricciones de las líneas de producción de azúcar y alcohol y llegar al 100% de las capacidades nominales instaladas, definieron como necesario el montaje de un nuevo caldero de 120 TMV/hora, a 65 kg de presión.

 

“Sin embargo, y luego de una evaluación adicional, llegamos a la conclusión de que en vez de instalar una caldera de 120 TMV/hora, podríamos instalar una de mayor capacidad, 160 TMV/hora, para llegar a niveles de utilización mayores en 20 % a las capacidades nominales de diseño y que, además, podríamos generar excedentes de energía eléctrica para ser exportados al Sistema Eléctrico Integrado Nacional haciendo uso de la totalidad del bagazo disponible”, explica Roda al señalar que por esta razón decidieron encarar estos dos proyectos estructurales.

 

PROYECTOS GENERADORES DE EMPLEO

 

Destaca que tanto la segunda caldera, con una capacidad de 160 TMV/ hora, como el nuevo turbogenerador Siemens, que permitirá inyectar hasta 60MW/hora al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, son proyectos donde participan contratistas de distinta naturaleza que, en promedio, generan 500 empleos directos en un período superior a un año.

 

Roda dijo que, justo en el inicio de los proyectos, se desató la crisis sanitaria, pero, que en vez de tomar una posición conservadora y más allá de las innumerables restricciones y dificultades de la pandemia, decidieron acelerar al máximo la ejecución y ahora se encuentran prácticamente en operación.

 

“Dichos proyectos implican nuestro más alto nivel de inversiones desde la inauguración del ingenio en el 2013”.

 

ETANOL, LA MEJOR OPCIÓN PARA EL PAÍS

 

“Es pertinente señalar también que durante la gestión 2020, los volúmenes de etanol anhidro demandados por YPFB, por distintos motivos, fueron nuevamente muy inferiores a lo inicialmente previsto, hecho que generó que los ingenios deriven, por segundo año consecutivo, parte de la caña adicional hacia la producción de azúcar”, dice y agrega que esto, junto al elevado stock con el que se había iniciado la zafra, provocaron una importante reducción de precios en el mercado nacional y la mayor parte de los ingenios tuvieron que exportar importantes volúmenes de azúcar a precios no muy ventajosos.

 

El etanol, menciona Roda, es la mejor opción que tiene el país para ir substituyendo gradualmente las importación cada vez más crecientes de gasolinas, especialmente en esta temporada donde el precios del WTI y por consiguiente de las gasolinas importadas, están en franca elevación de precios.

 

“La Cadena Agroindustrial de la Caña de Azúcar del país, está en condiciones de abastecer esta sustitución de importación de gasolinas, beneficiando al país en ahorro de divisas, menores costos, generación significativa en nuevos empleos, pero sobre todo, en contribuir a la mejora ambiental que tanto requiere el planeta”, dice.

 

En este marco, señala que Aguaí SA, se ha convertido en escasos 7 años, en un referente tecnológico para el país, que tiene una estructura muy dinámica y eficiente y, por sobre todo, que permite colocar productos de altísima calidad en la mesa de los consumidores a tiempo de generar energía limpia para mover y desarrollar Bolivia.

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