Las medidas de mantener el tipo de cambio fijo y la de garantizar el suministro de hidrocarburos están dando buenos resultados en Bolivia por el momento. Sin embargo, recomiendan el uso eficiente de los recursos fiscales, buen manejo de la deuda pública y la coordinación entre los sectores público y privado para evitar una crisis económica.

 

EDICIÓN 108 | 2022

Elizabeth Riva Álvarez
 

El aumento de las tasas de interés para frenar la creciente inflación es una medida radical que EEUU ha tomado y que varios bancos centrales de algunos países ya han replicado pese al riesgo de inducir a una recesión económica que puede tener impacto global. Además, ese incremento a las tasas tiene efectos sobre la deuda de los países de América Latina.

 

Este panorama es analizado por los economistas Carlos Foronda, Decano del Campus Santa Cruz de la Universidad Privada de Bolivia (UPB) y Ricardo Nogales, Decano de Investigación en Economía de la misma Casa Superior de Estudios. Ambos profesionales, autores del libro recientemente publicado, “Alza de la Tasa de Interés 2022 y su Impacto en América Latina”, participaron del coloquio mensual organizado por la revista ENERGÍA Bolivia.

 

La economía mundial está enfrentando un largo periodo de desajustes y turbulencias ocasionadas, primero, por la pandemia del Covid 19 que derivó, en su primera etapa, en el cierre de mercados y la paralización del sistema comercial en general y, después, por la guerra entre Rusia y Ucrania que ha causado incremento y especulación sobre el precio del petróleo, entre otros efectos.

 

Foronda sostiene que actualmente no se está en una situación de recesión, porque los indicadores de crecimiento todavía son positivos, pese a estar bajando. Sin embargo, precisa que para evitar esa amenaza latente, a mediano o largo plazo, los gobiernos están obligados a tomar medidas de fondo.

 

ESCENARIO TURBULENTO

 

“En la economía a corto plazo, casi todos los países de Latinoamérica están en situaciones similares, con poca capacidad de acción y con un escenario turbulento de inflación, subida de tasas de interés, variabilidad en el precio de los hidrocarburos y suspensión de cadenas de suministro. Además, se anuncia la quinta ola del COVID 19 y esos factores hacen que las autoridades económicas no tengan mucho campo de acción y tengan que enfrentar otros factores que pueden afectar a las economías”, dijo.

 

El economista Ricardo Nogales complementa señalando que el aumento en las tasas de interés surge en un momento en que la necesidad de reactivar las economías afectadas por la pandemia todavía sigue vigente.

 

“La subida de tasas de interés está mitigando el riesgo inflacionario, pero, es solamente una medida paliativa a aspectos más estructurales de la economía mundial que tienen que ver con la escasez de insumos, principalmente el petróleo, para hacer frente al aspecto real de la inflación y no sólo al problema monetario”, dijo Nogales.

DEUDA PÚBLICA

 

Los analistas sostienen, en su libro, que los países más expuestos al shock de las tasas de interés, debido a su grado de endeudamiento, tendrán que ajustarse a la situación con medidas que afectarán sus procesos inversionistas, su crecimiento, sus niveles de empleo y distribución de ingresos.

 

“La subida de tasas también encarece la deuda pública, es decir, los gobiernos se ven con una política fiscal mucho más restringida, con mucho menos margen de maniobra, y el gasto público va a tener que ser priorizado y reducirse. Esta medida está dando algún resultado para controlar la inflación, sin embargo, las autoridades fiscales y monetarias deben cuidar las bases estructurales de la economía que pueden sufrir consecuencias a mediano y largo plazo”, dijo Ricardo Nogales.

 

Carlos Foronda afirma que una de las variables económicas más críticas que se tiene es la deuda pública y que Bolivia ya marca niveles elevados de las deudas interna y externa por lo que las medidas que se vayan a asumir para reactivar la economía deben tomar en cuenta este aspecto.

 

“En el caso de Bolivia tenemos un déficit fiscal que se arrastra desde el 2014, este año está al redor del 9%, ahondado por los efectos de la crisis. Por otro lado, hay indicadores como la deuda pública que ya está en niveles que empiezan a hacer sonar una alarma, por tanto, el Gobierno tiene menor margen de acción para aplicar las políticas fiscales o monetaria. Nuestra deuda pública está alrededor del 84% respeto al Producto Interno Bruto”, dijo.

 

…las acciones de las empresas petroleras y relacionadas con la energía también podrían verse afectadas, pese a que sus decisiones se proyectan en el largo plazo”

 

 

Por otro lado, Nogales considera que las medidas del Gobierno boliviano de mantener el tipo de cambio fijo y la de garantizar el suministro de hidrocarburos están dando buenos resultados, porque se está evitando que cunda la sensación de incertidumbre que afecta a otros países.

 

“Esa política de alguna manera ha dado buenos resultados porque tenemos una inflación muy baja en la región y eso también pasa por un gasto cuantioso para mantener la estabilidad y disponibilidad del recurso energético. Lo que preocupa es el éxito de la inversiones y medidas a largo plazo”, dijo.

 

“Entre los principales factores que están manteniendo la estabilidad de precios en el país está el anclaje de nuestras expectativas de inflación al tipo de cambio; mientras el tipo de cambio esté fijo como está al momento, las personas van a sentir que la economía está marchando bien, que no hay mayores problemas, y que por tanto no habrá una necesidad especulativa sobre los precios que es lo que genera una espiral inflacionaria”, complementó Carlos Foronda.

 

PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD

 

En criterio de Ricardo Nogales, un elemento estructural que se debe cuidar es la productividad y competitividad de la economía y que eso pasa por muchos aspectos. Considera que para ser competitivos se debe tener empresas sólidas, grandes, innovadoras y capital humano formado.

 

“Bolivia lamentablemente no cuenta con un sistema productivo que cumpla con esas características, la productividad laboral, por ejemplo, está estancada desde hace décadas, y nuestras capacidades de innovación y competitividad sufren. Por tanto, no existen las condiciones para que nuestra economía crezca, se desarrolle y prospere”, dijo.

 

Entre las recomendaciones del libro publicado por Foronda y Nogales, están la coordinación entre los actores públicos y privados, el uso eficiente de los recursos fiscales y el buen manejo de la deuda pública. El documento se constituye en un importante aporte académico y en un instrumento de debate para comprender la situación de los países de América Latina en esta coyuntura y anticipar los problemas y las opciones que se tienen para cuidar la economía.

 

“…un elemento estructural que se debe cuidar es la productividad y competitividad de la economía y (…) eso pasa por muchos aspectos…”

 

 

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