…Alemania está dispuesta de seguir con el proyecto, pero, con prudencia y escuchando a todas las partes”

 

 

Tanto Delius como Biste, invitados al coloquio mensual de la revista ENERGÍABolivia, realizaron precisiones importantes alrededor del desarrollo de este metal en Bolivia, cuyo primer ciclo expansivo sirvió para la construcción de armas termonucleares en Estados Unidos y la construcción aeronáutica y hoy puede ser utilizado para transitar hacia una matriz energética menos contaminante. Los afanes en esta dirección pasan por industrializarlo.

En este marco, una de las precisiones de inició en la que ambos coincidieron fue que si bien el país es parte del triángulo del litio junto a Argentina y Chile, el país que concentra el mayor volumen de recursos de litio identificados en salares; Chile y Argentina son los que poseen actualmente 68 % de las reservas mundiales de litio. Carlos Delius dijo que Bolivia tiene una importante cantidad de litio concentrado en salmueras pero que los grandes descubrimientos se darán más adelante.

Biste subrayó que Bolivia actualmente no figura en las estadísticas de reservas y dijo que “solamente podemos hablar de recursos que se están convirtiendo en reservas a partir de los estudios de factibilidad técnica/económica que se están realizando”. Agregó que por ello es importante diferenciar entre reservas y recursos.

FUENTES DE LITIO

Biste aclaró que el litio se extrae de dos fuentes principales: depósitos de rocas pegmatíticas y salares de cuencas endorreicas, que explican actualmente el 26% y 58% de los recursos mundiales, respectivamente, como se corrobora en el gráfico 1. Agregó que existe una cantidad grande de depósitos pegmatíticos, pero que solo unos pocos contienen reservas mayores de litio y se encuentran en operación. Mencionó que los de mayor tamaño se ubican en Australia, Zimbabue, Canadá, Brasil, China, Etiopia y Portugal, precisando algunos de los países con recursos pegmatíticos todavia no desarrollados como los de Afganistán, Austria, República Democrática del Congo, Finlandia, Rusia, España, Estados Unidos, y Uzbekistán.

Explicó, asimismo, que existen otros tipos de depósitos, por ejemplo de greisen en Francia y Alemania, sedimentos lacustres en México y Estados Unidos, secuencias de cenizas volcánicas y sedimentos lacustres en Perú (hectorita, polilithionita) y Serbia (jadarita), salmueras geotermales (Estados Unidos) y en campos petrolíferos (Canadá).

Con todo, un estudio presentado el 2019 por la Empresa Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), refiere que “Bolivia tiene 21 millones de toneladas métricas de reservas geológicas de litio”, en base a un estudio que habría cubierto el 64% del salar de Uyuni, donde se ha montado una importante infraestructura para explotar potasio. Según ambos expertos, la planta para litio estaría funcionando solamente a escala experimental.

Según Biste, la mencionada cifra no representa reservas sino recursos de litio, un tema que considera importante aclarar.



BLOQUE COMÚN

Biste reconoció que la participación relativa del litio boliviano en la “torta mundial”, está disminuyendo de acuerdo al número y el tamaño de nuevos grandes descubrimientos a nivel mundial como, por ejemplo, en Perú y México, asegurando que “Bolivia no está sola en el mundo, eso queremos decir.“

Aclarando que Bolivia no puede atribuirse la condición de un proveedor privilegiado de litio a nivel global; acotó, además, que sigue teniendo la imagen de un país complejo e impredecible para invertir, a tiempo de señalar que el mismo salar de Uyuni presenta adicionalmente complejidades químicas por las altísimas concentraciones de magnesio, y por estar en un lugar donde la evaporación no es tan favorable como en los desiertos de Argentina y Chile.

“Entonces, hay que relativizar eso de la reserva más grande, primero a recursos y; segundo, decir que tener la materia prima es muy importante pero esto no tienen valor si Bolivia no puede recuperar, industrializar e insertar el litio a nivel del mercado global.

De esta forma, sostuvo que producir litio no es fácil, que requiere fundamentalmente una infraestructura muy sofisticada, una inversión muy elevada, junto a un mercado definitivamente estratégico.



TECNOLOGÍA

“En resumen, requiere tecnología, financiamiento y mercado porque el negocio del litio es un oligopolio manejado por chinos, americanos y chilenos, de tal forma que resulta difícil lidiar en estas condiciones”, coincidió Delius, precisando que el país tiene que resolver estas asignaturas pendientes para poder pensar en la cadena de producción del litio.

“Todo lo demás son intentos, pero, para hacerlo bien y para meterse adecuadamente en el asunto, uno tiene que ir de la mano de alguien que esté en el otro lado de la cadena”, precisó acentuando que una cosa es tener recursos y otra manejar la industria alrededor del negocio del litio. “Ese es el desafío boliviano”, dijo Delius.

¿BUENA O MALA GOBERNANZA?

En este marco, se les preguntó cómo evaluaban la gobernanza del litio, desde el paraguas del Estado, promovida por el Gobierno de Evo Morales. Delius respondió que “da la impresión de que se han subestimados los desafíos mencionados, sobre todo el desafío técnico que supone separar adecuadamente el litio del magnesio, por ejemplo, y que es algo presente en las salmueras de Uyuni y para lo cual se requiere de mucha energía.”

Dijo que para contextualizar la respuesta era necesario, además, recordar que Bolivia en los años 90 ya tuvo posibilidades de entrar al negocio del litio, a partir del acuerdo con la FMC Lithium Corporation el mismo que luego fue cancelado por presiones sociales y la empresa tuvo que irse a la Argentina donde actualmente es uno de los principales productores de litio en ese país.

“Entonces, nos perdimos como 30 años, en este negocio. El anterior gobierno agarró con mucho entusiasmo el tema de litio, pero, inicialmente, tenían una visión absolutamente autárquica, pensado que Bolivia podía hacerlo todo: ciencia, tecnología, y sin ayuda de nadie. Asegurando, además, que estábamos en condiciones incluso de dominar el mercado e imponer precios”, subrayó Delius.

“No estoy exagerando, usted revise todo el relato de litio y verá que no estoy armando nada, sólo estoy tratando de poner un cierto orden a los hechos”, precisó el ex presidente de la CBHE.

LO QUE SE TIENE

En relación a la infraestructura montada para la industrialización del litio en Bolivia, Delius destacó la planta de cloruro de potasio, puesta como primer proyecto en la cadena del valor de los evaporíticos; así como la planta de carbonato de litio de 1500 toneladas; y, la asociación con la empresa alemana ACI Systems (ACISA), anulada por Decreto, después de que el Gobierno de Morales cediera a presiones sociales. “Todo el acuerdo ha quedado desarmado, quién lo va a volver a armar, la verdad es que no sé, cómo boliviano no tengo respuestas”, dijo Delius en alusión a la empresa ACISA y a tiempo de remarcar que “Bolivia ha matado el primer contrato mixto entre el Estado y la empresa privada que se logró trabajar en aproximadamente tres años para la industrialización del litio en el país.”

En efecto, días antes de las elecciones presidenciales de octubre del año pasado, Morales había ratificado su acuerdo con ACISA estipulando una inversión de hasta 1300 millones de dólares para la producción local de baterías de ion litio para automóviles, señalando que se trataba de “la mejor alternativa técnica y económica en beneficio del país”, sin embargo, luego dio un paso al costado dejando sin efecto el acuerdo.

“Eso es lo que se tiene ahora, no tenemos mucho para mostrar. Es decir, lo que podemos ver es una cuenta de más de 700 millones de dólares, pero, lo que no sabemos es cuánto entra por concepto de venta por cloruro de potasio y, para más colmo, esta planta está trabajando a menos del 8% de su capacidad”, anotó.

ELEFANTES BLANCOS

¿Elefantes blancos alrededor de la industrialización del litio? Se le preguntó a Delius quien se limitó a señalar que no estaba en condiciones de afirmar tal extremo pero se mostró preocupado, por ejemplo, por el estado de la planta de cloruro de potasio que no estaría funcionando.

Biste dijo que, sin embargo, era posible rescatar toda esta infraestructura y establecer el real estado de situación de toda esta infraestructura. “Alemania está dispuesta de seguir con el proyecto, pero con prudencia y escuchando a todas las partes. Seguramente no ha sido una muy buena política del gobierno anterior el excluir o marginar a los potosinos, esa es mi impresión”, acotó.

Ambos coincidieron en que un acuerdo entre Bolivia como productor de litio de bajo costo y; Alemania, cuya industria automotriz está altamente interesada en tener un abastecimiento seguro de litio, sería un acuerdo “estratégico” para ambos países, en base a la fuerza y rapidez del mercado.

Delius finalmente aseguró que todo lo que vaya a hacerse alrededor del desarrollo del litio en el salar de Uyuni, tiene que ser ambientalmente amigable señalando que si se hace el negocio con Alemania eso implicará comportarse bien con la parte ambiental.

Afirmó que no tiene sentido que se construya un vehículo eléctrico para no contaminar el planeta si ya se lo contaminó durante la producción del mismo. “Por eso es importante no inundar el planeta con litio sucio y el desafío para el futuro, y eso es muy importante mencionar, es producir el litio verde”, remarcó Delius.

De esta forma, la utilización del litio, para transitar desde una economía basada en combustibles fósiles hacia un modelo en el que las energías renovables tengan un mayor peso en la matriz energética, presenta desafíos significativos, al igual que pulseras concretas en la línea de monopolizar su desarrollo y su comercialización.

 

“… uno tiene que ir de la mano de alguien que esté en el otro lado de la cadena …”

 

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