Según la CEPAL, la agudización de los problemas estructurales en el planeta ha llevado a repensar la política y el papel del Estado de una manera pragmática, libre de los preconceptos y mitos que recortaban los instrumentos a los que legítimamente puede recurrir un Estado democrático…

 

  EDICIÓN 88 | 2020


ENERGÍABolivia

 

Este organismo de Naciones Unidas considera que la pandemia de coronavirus ha generado la mayor contracción del PIB y del comercio mundial desde la Gran Depresión de los años treinta, a tiempo de haber transformado los problemas crónicos del estilo de desarrollo de la economía mundial en un cuadro agudo que requiere una respuesta inmediata.

 

“Esta urgencia ha llevado a repensar la política y el papel del Estado de una manera pragmática, libre de los preconceptos y mitos que recortaban los instrumentos a los que legítimamente puede recurrir un Estado democrático. Transformar este impulso en acción y las respuestas de emergencia en un esfuerzo consistente y continuado de construcción de un nuevo estilo de desarrollo, que supere los desequilibrios del estilo anterior, es la tarea que los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad internacional deberán acometer en los próximos años”, señala.

 

CAMBIO DE ÉPOCA

 

Remarca, en esta línea, que los problemas estructurales que enfrenta la economía mundial se observan en tres ámbitos, con dinámicas propias pero interrelacionadas: el lento y más inestable crecimiento del producto y del comercio mundial, el rápido aumento de la desigualdad en las principales economías del mundo, y la destrucción del medio ambiente y el cambio climático. Dice que la pandemia aceleró lo que la mayor parte de los analistas ya percibía como un cambio de época.

 

Hace notar, que en “un mundo muy integrado, con complejas interacciones e interdependencias en lo político, el comercio y las finanzas, las migraciones y la seguridad global”, respuestas de tipo unilateral, juegos no cooperativos transfiriendo culpas y costos a otros actores, solo agudiza los conflictos y los desequilibrios, exhortando a redefinir estructuras económicas y patrones de comportamiento; sustituir la cultura del privilegio por una cultura igualitaria que garantice derechos, construya ciudadanía y difunda capacidades y oportunidades que debería traducirse en “un nuevo pensamiento económico”.

 

LA PANDEMIA COMO EXPRESIÓN DE LOS LÍMITES AMBIENTALES

 

En esta lectura de coyuntura, la CEPAL dice que las enfermedades zoonóticas emergentes, como parece ser el COVID-19, muestran las posibles consecuencias negativas de la creciente presión humana sobre la naturaleza, afirmando que la frecuencia con que los microorganismos patógenos saltan de animales a humanos ha aumentado con el aprovechamiento forestal y agropecuario.

 

“Se transforman las tierras naturales, se deforesta, se degradan los ecosistemas y se reduce la biodiversidad; el equilibrio preexistente cambia y las barreras naturales entre los humanos y los patógenos se fragilizan (véase gráfico I), afirma como prueba de la incidencia del hombre sobre los ecosistemas del planeta, otorgando al tema un matiz marcadamente ambientalista.

 

CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

 

Agrega que a los efectos locales de las actividades económicas se suman las eventuales consecuencias del cambio climático. “El aumento de la temperatura favorece el desarrollo de ciertas infecciones (Zhou y otros, 2008) y amplia el alcance y las temporadas de alta transmisión de varias zoonosis, sobre todo las transmitidas por vectores”, señala remarcando que los cambios de los patrones climáticos permiten que algunas enfermedades infecciosas aparezcan o vuelvan a aparecer.

 

“Finalmente, no se puede despreciar el efecto debilitador de la contaminación ambiental sobre el sistema inmunitario humano, sobre todo a largo plazo”, anota y destaca que en América Latina y el Caribe los seres humanos también están expuestos a enfermedades debido a la conversión de tierras; instando a evitar la deforestación del Amazonas que habría contribuido al surgimiento y la expansión de enfermedades transmitidas por vectores, recomendando que para desarrollar sectores productivos respetuosos con el medio ambiente, es necesario construir capacidades y competitividad en esos sectores.

 

“…en China se han sustituido las importaciones de estos bienes de forma gradual, y se han creado capacidades productivas propias…”



 

Sin embargo, remarca que el peso de los bienes medioambientales en las exportaciones e importaciones de los países de América Latina y el Caribe fue bajo de 2005 a 2018 (véase el gráfico II), y que las exportaciones representaron menos del 60% de las importaciones.

 

“A diferencia de lo que ha ocurrido en la región, que sigue siendo muy dependiente de las importaciones de bienes ambientales (que tradicionalmente provienen de los países desarrollados), en China se han sustituido las importaciones de estos bienes de forma gradual, y se han creado capacidades productivas propias que han permitido que el país se convirtiera en el principal exportador mundial de algunos de estos productos, como los paneles solares y las turbinas eólicas”, precisa la CEPAL en su informe denominado: Construir un nuevo futuro, una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad.

El documento de la CEPAL sin duda perfila a la China como un nuevo paradigma en muchas cosas que deben hacerse para enfrentar la crisis global, después de la pandemia conocida como COVID-19.

 

 

“…no se puede despreciar el efecto debilitador de la contaminación ambiental sobre el sistema inmunitario humano…”

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