Baja la producción, sube la demanda de combustibles en Bolivia; país tradicionalmente productor de hidrocarburos. La guerra entre Rusia y Ucrania y la recuperación de las actividades comerciales, tras la larga pandemia, marcan un nuevo contexto internacional.


EDICIÓN 107 | 2022

Elizabeth Riva Álvarez

La alarma se vuelve a encender por la crisis de los hidrocarburos en el país, con largas filas de camiones en las estaciones de servicio. Un problema en la planta de despacho de diésel en Perú mostró la fragilidad de Bolivia para cumplir con el abastecimiento de este hidrocarburo a la población.

La baja producción y la creciente demanda de combustibles obligan al Gobierno a incrementar la importación de gasolina y diésel con cifras poco esperanzadoras para la economía nacional.

En 2021, Bolivia importó combustibles por $us 2.120 millones, este año la cifra proyectaba en similar, pero todo indica que podría ser superada.

Información del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) muestra que en 2021 Bolivia importó $us 1.500 millones en diésel (70,7%) y 620 millones en gasolina (29,2%), montos que representan el 22,1% del total de las compras internacionales.

Los $us 2.120 millones destinados a la importación tienen un gran impacto negativo en la economía nacional porque casi alcanzan a los $us 2.233 millones que recibió el país por la venta de gas natural en 2021. Esto tiene efecto en indicadores como la reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN).

EFECTO ECONÓMICO

La falta de diésel, que perjudica particularmente al transporte pesado que mueve las exportaciones bolivianas y al sector agroindustrial que requiere del combustible para mantener en funcionamiento su maquinaria, causa daño económico al país.

Por los puestos fronterizos de Tambo Quemado y Pisiga, entre Bolivia y Chile, circulan cada día 450 y 200 camiones respectivamente; mientras que, por Desaguadero, frontera con Perú, se movilizan entre 250 y 300 camiones por día, según el presidente de la Cámara Boliviana del Transporte Nacional e Internacional, Alfredo Borja.

El desabastecimiento de diésel, a finales de mayo, afectó inicialmente a los departamentos de Oruro y Potosí y se fue extendiendo a Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Sucre y Tarija, a lo largo de dos semanas.

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) afirmó que la falta de diésel es “temporal” por problemas externos a la empresa estatal. Explicó que el problema se originó en el retraso en la entrega del combustible por bloqueos en Perú y el incumplimiento de envíos de la empresa Petroperú, además del mantenimiento de la terminal de Bolivia en Arica-Chile.

Para restablecer el suministro y devolver la tranquilidad a la población que comenzó a especular incluso con un posible incremento en el precio de los combustibles, YPFB realizó la compra de 2,5 millones de litros de diésel que ingresaron al país en 75 cisternas desde Arica, Chile vía Tambo Quemado, en Bolivia. Sin embargo, esa solución también es temporal.

YPFB abastece al mercado interno en forma diaria con más de 6 millones de litros de diésel que llegan vía Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y también Perú, combustible que tiene como destino al oriente, los valles, la amazonia y el occidente del país, informó el presidente ejecutivo de la estatal petrolera, Armin Dorgathen.

“Estamos importando alrededor de seis mil metros cúbicos día (equivalente a 6 millones de litros), ese es el volumen que estamos importando para el funcionamiento normal. Hacemos el máximo esfuerzo para cumplir con el abastecimiento al mercado interno al mismo precio y calidad del producto”, afirmó el ejecutivo de la estatal petrolera.

DECLINACIÓN EN LA PRODUCCIÓN

Además de la creciente demanda de combustibles, como parte de la reactivación tras la pandemia por el Coronavirus, también se evidencia una constante reducción en la producción fiscalizada nacional de crudo, gas natural y gas licuado de petróleo (GLP), desde 2015, conforme a los datos del Viceministerio de Exploración y Explotación de Hidrocarburos.

“YPFB abastece al mercado interno en forma diaria con más de 6 millones de litros de diésel que llegan vía Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y también Perú…”

Según un estudio realizado por el diario La Razón, en el caso del petróleo se observa que en marzo de 2015 se alcanzó una producción acumulada de 1,9 millones de barriles, mientras que a enero de este año bajó a 1,2 millones.

Esta situación se repite en cuanto a gas natural, que en marzo de 2015 logró una producción acumulada por mes de 1.874 millones de metros cúbicos (MMm3), y a enero de la actual gestión se redujo a 1.338 MMm3.

Sobre el gas licuado de petróleo (GLP), la mayor producción acumulada por mes se dio en agosto de 2015, llegando a 12.371 toneladas métricas (TM), pero se redujo a 4.450 TM en el primer mes de este 2022.

“Tenemos una declinación que viene desde hace más de cinco años. Entre 2015 y 2016, comienza a declinar la producción de gas natural y evidentemente asociada a los líquidos”, admitió Dorgathen y agregó que la forma de revertir ello es encontrando nuevos campos, pero, con un desarrollo eficiente, los resultados de incremento en la producción se verían recién a partir del 2025.

NUEVO CONTEXTO

La escasez de diésel y la baja producción de combustibles se presentan en medio de la subida del precio internacional del petróleo a consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania que ha disparado el precio del barril sobre los 100 dólares y, además, ha obstaculizado el normal suministro.

También la recuperación de las actividades comerciales, industriales, agropecuarias, de turismo, y otras, tras la larga pandemia por el COVID 19, ha aumentado la demanda de combustibles tanto en Bolivia como a nivel mundial.

“Los $us 2.120 millones destinados a la importación tienen un gran impacto negativo en la economía nacional…”

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