Convenio firmado con CBC tiene muchos vacíos que deben ser subsanados, para lograr un desarrollo integral y efectivo de los proyectos. Analistas consideran que no se debe demorar más la explotación e industrialización del litio, porque el país necesita nuevos ingresos, tras la caída de los hidrocarburos.
EDICIÓN 115 | 2022
Elizabeth Álvares Riva
La producción e industrialización del litio en Bolivia puede remontar en cuatro a cinco años si el Gobierno junto al consorcio chino CBC llegan a buenos términos y se aplica la tecnología más adecuada, caso contrario el retraso puede seguir con negativas consecuencias para el país y su desarrollo, según especialistas en el tema.
Recientemente la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YBL) y la compañía CATL BRUNP & CMOC (CBC) firmaron un convenio de estudio con duración inicial de seis meses para la implementación de dos complejos industriales con tecnología de Extracción Directa de Litio, en los salares de Uyuni y Coipasa. CATL es la empresa más grande del mundo en producción de baterías de litio, lo que permite tener expectativa en este acuerdo.
“Es necesario crear las condiciones de desarrollo integral para que este consorcio se quede y trabaje en el país en la explotación e industrialización del litio, porque si no lo podemos hacer con ellos, será muy difícil hacerlo con otros”, dijo el ingeniero industrial Carlos Delius, expresidente de la Cámara de Hidrocarburos y Energía (CBHE), en el coloquio sobre la Situación del Litio en Bolivia, organizado por la revista ENERGÍABolivia, de Santa Cruz.
“Esta es una de las pocas oportunidades que tiene el país, los frutos del litio pueden estar en cuatro a cinco años, si se hace bien las cosas. En cambio, por ejemplo, los frutos del gas recién se podrán ver en 10 años si realmente se emprenden proyectos serios”, complementó.
OBSERVACIONES AL CONVENIO
Juan Carlos Zuleta, analista de la economía del litio, coincide en que es necesario crear las condiciones para que los inversores puedan trabajar en el país y alcanzar los resultados tan esperados y deseados para el desarrollo de Bolivia. Sin embargo, considera que se debe contar con al menos una o dos empresas o consorcios más para la explotación e industrialización del litio, dada la magnitud de los recursos con los que cuenta el país.
El economista también observa que el convenio firmado entre YLB y CBC es poco claro tanto en los objetivos como en la forma y el tiempo que se devolverá la inversión que el consorcio realizará. Dijo que lo que se necesita es un contrato de largo aliento, con reglas claras y certidumbre tanto para el inversor como para el país.
“Es sólo un convenio con duración de seis meses que se puede extender a un año y no un contrato, eso es lo que llama la atención. La inversión que se anuncia es fuerte, mil ochenta millones de dólares, pero no se dice cómo se devolverá ni en cuanto tiempo. Antes se hablaba de devolver con litio, pero no están claros ese aspecto y otros”, dijo Zuleta.
Entre los aspectos observados menciona el hecho de que CBC esté ingresando en el proyecto mediante un “contrato de servicios” y que se proponga extraer, en esta fase del proyecto, 25 mil toneladas de litio del salar de Oruro y otras 25 mil toneladas del salar de Uyuni, pese a que ambos no tienen ninguna similitud en tamaño ni en concentración del mineral.
“Los avances en la producción de carbonato de litio grado técnico, no tienen un avance significativo, porque la meta era producir litio grado batería y no lo hemos hecho”
Juan Carlos Zuleta destaca la calidad de la empresa china CATL, sin embargo, pone en duda la participación de las otras dos empresas que conforman el consorcio. “CATL es un jugador de primer nivel, pero hubiera sido mejor si hubiera venido con otro jugador de talla mundial en la explotación de litio y no ha sucedió así, se ha traído dos jugadores que no son relevantes en este juego estratégico tan importante”, dijo al referirse a CMOC y BRUNP, esta última especializada en el reciclaje de litio.
DEMORA EN LA PRODUCCIÓN
Ambos especialistas coinciden al señalar que el Gobierno de Bolivia avanzó muy poco en la explotación y la industrialización del litio. “No se ha puesto suficiente énfasis en hacer un diseño integral de todas las condiciones que se necesitan para lograr un desarrollo importante”, dijo Carlos Delius.
“Los avances en la producción de carbonato de litio grado técnico, no tienen un avance significativo, porque la meta era producir litio grado batería y no lo hemos hecho”, afirmó Juan Carlos Zuleta al referirse al trabajo realizado hasta ahora por YLB.
Sostienen, asimismo, que es necesario dar cierta autonomía a las empresas que inviertan en los salares bolivianos, para alcanzar la meta planteada por el Gobierno, de producir baterías de litio a gran escala hasta el 2025. En otras palabras, Delius plantea la posiblidad de hacer buenos negocios a partir del litio y Zuleta insiste, aunque veladamente, en la importancia de la industrialización del oro blanco en el país.
La gente nuestra tiene que dejar la ideología y ponerse a trabajar en esto como debe ser, como un negocio complejo para el desarrollo del salar de Uyuni, que tienen un potencial inmenso”
Para superar las deficiencias de personal calificado y mercado en Bolivia para estas baterías, Zuleta plantea la conformación de un consorcio internacional, con la participación de empresas de diferentes países suramericanos que puedan incentivar la industria en Bolivia. Carlos Delius considera que el Consorcio CBC, en este año de duración del convenio inicial, negociará las mejores condiciones con el Gobierno para poder quedarse y operar en Bolivia pero, al parecer, solamente para proceder a la extracción del litio y no así a la industrialización. “La gente nuestra tiene que dejar la ideología y ponerse a trabajar en esto como debe ser; como un negocio complejo para el desarrollo del salar de Uyuni, que ofrece un potencial inmenso”, dijo a tiempo de recomendar que, incluso, es momento para abrir la participación a otras empresas dedicadas al rubro del litio.
Una vez más, consideran, que una excesiva participación del Estado puede frenar el proyecto del litio que el país tanto necesita para impulsar, en primera instancia, el desarrollo de Potosí y Oruro donde se encuentran los salares, y también para mitigar la pérdida de recursos para el Estado por la baja producción de gas y petróleo.
“No hay que olvidarse del tema regional, el Comité Cívico Potosinista ya ha planteado un proyecto de ley que es acorde a las circunstancias, quieren que se abra la participación de empresas nacionales y extranjeras en las diferentes etapas de la cadena de valor y eso es lo que tenía que hacerse desde el principio y obviamente están pidiendo más regalías y eso es natural y no son muy elevadas, en consenso con Oruro, que van desde el 11 al 20%. En chile llega casi al 40%”, puntualizó Zuleta.
En este marco, las posturas pendulares en torno al litio continuan en Bolivia: una de ellas apuesta a entender el desarrollo integral del litio como un negocio donde es posible que el país solo ofrezca materia prima; y, la otra, insiste en promover la industrializacion del litio, a partir del manejo de toda la cadena, sin resolverse hasta el momento aspectos tales como inversión, tecnología, mercado y precios. Un complicado círculo vicioso que no termina por cerrar ecuaciones más allá del discurso.