La meta sería el 2030 y se recomienda optimizar la normativa y sistema eléctrico en Bolivia con la meta de producir energía renovable eficiente

  EDICIÓN 101 | 2021


Raúl Serrano

Bolivia puede producir hidrógeno y amoniaco verde a precios competitivos y sustituir al gas natural en el mediano plazo, sostiene Juan Pablo Calderón, presidente de Productora H2 Bolivia S.A., a tiempo de remarcar que la propuesta está comprobada, es viable y está centrada principalmente en aprovechar las condiciones únicas del Altiplano boliviano.

Otro de los puntos focales de su propuesta es optimizar la normativa y sistema eléctrico en Bolivia con la meta de producir energía renovable eficiente. Calderón propone, en esta línea, generar hidrógeno y luego amoniaco con fuentes renovables, incrementando la capacidad en etapas; apalancando la industria nacional; exportándolo y reduciendo su precio para de esta forma sustituir al gas natural con el hidrógeno y amoniaco verdes.

“Y, lo mas importante, hagamos todo eso con un sistema de carreras de postas, entre privados y el Estado”, remarca agregando que para ello han realizado un estudio y está en desarrollo un proyecto de producción de hidrógeno y amoniaco verde en el departamento de Oruro impulsado por la Gobernación de ese Departamento, Productora H2 Bolivia S.A., con el soporte y trabajo de bancos, ingeniería y empresas energéticas nacionales e internacionales.

EL OBJETIVO

El ejecutivo de Productora H2 Bolivia S.A., destaca que el objetivo es ingresar en el nuevo mapa energético mundial con la participación de energías renovables, reduciendo y a la vez eliminando la necesidad de consumir gas en Bolivia hasta beneficiarse económicamente de su exportación.

Sostiene que de acuerdo al mapa de radiación solar mundial existe un potencial en el altiplano boliviano que no está siendo aprovechado al máximo. “Los índices de producción de energía en Bolivia son por lo menos 50% mayores a la media de la mayoría de las plantas actuales en el mundo, alcanzando hasta 3000 kWh/ kWp, representando los niveles más altos en el mundo”, subraya.

“En este sentido, se propone asignar energía de fuente renovable a un sistema de transición con el fin de cambiar la matriz energética, realizar contratos de venta de energía (PPA’s por su sigla en inglés) y certificaciones de origen y fuente. Finalmente, se propone establecer mecanismos de inclusión de potencia coherentes con baterías para las adiciones de energía solar”, dice y precisa que un ejemplo de ello es marcar, como requisito para inclusión de energía solar, la instalación de almacenaje con el objetivo de garantizar potencia equivalente durante un par horas.

NO SÓLO ES SEGUIR UN MODELO DE MERCADO

Destaca que producir energía eficientemente no solo significa seguir un modelo de mercado con precio marginal como el que se emplea en Bolivia o como el de todo el mundo, sino utilizar dicho modelo sabiamente para poder pavimentar el camino a la obtención del objetivo de cambio de una matriz más sostenible.

“La tecnología en las plantas térmicas que presentan sobrecapacidad instalada en Bolivia es de última generación y altamente eficiente. Son ciclos combinados que no están siendo utilizados al máximo, no sólo desde el punto de vista de factor de carga, sino de su empleo”, afirma agregando que la propuesta va por un camino no evidente, pero viable y coherente: incrementar el consumo interno de gas temporalmente para luego sustituirlo con hidrógeno.

Para Calderón el empleo eficiente de la energía hidráulica, por ejemplo, es posible sin impactar en gran medida en la tarifa marginal y presentando en el mediano plazo un balance positivo. Sostiene que un retiro de 200 MW hidráulicos y posterior sustitución con gas natural únicamente incrementa en 0,5 USD/ MWh la tarifa marginal, lo que implica que el impacto en coste de gas asciende 8 MUSD/año a precio local o 28 MUSD/ año a precio de exportación.

Sin embargo, agrega que “el beneficio que se puede obtener por ello supera en 10 veces dicho monto hasta 3 veces si valoramos el gas a precio de coste de oportunidad o exportación únicamente en términos de generación de nuevos impuestos, a lo cual hay que añadir todos los impactos que el proyecto de hidrógeno y amoniaco verde proporcionan (empleos, inversión, generación de divisas, etc) y, lo más importante, inicia la sustitución de la matriz energética para dejar de lado al gas natural.”

PRECIOS EQUIVALENTES

Calderón asegura que la energía equivalente que se retira puede ser sustituida con generación en base a hidrógeno a partir del 2026 pero a un precio que casi cuadruplica al del gas, sin embargo, asegura que será posible sustituirlo a precios equivalentes a partir del 2035.

“Este inicio, es factible con la construcción de una planta de amoníaco verde de 500,000 tn/año, que puede producir al 100% con energía solar con baterías para abastecer un electrolizador de 490 MW durante todo el día. Se prevé inversiones mayores a los 1500 millones de dólares, nuevas fuentes de trabajo y generación de una economía alrededor de este negocio, todo esto, por cada una de las plantas que se desarrollen”, afirma.

Considera que hacerlo adicionalmente con 200 MW hidráulicos mejora la eficiencia de la planta y acelera el proceso y remarca que la producción del hidrógeno y amoniaco verde será competitiva a nivel mundial desde el 2025.

“La estructuración de este proyecto ya está en fase de ingeniería de detalle y grado de avance comercial y atrae a las principales empresas energéticas del mundo. Esta será la primera de muchas plantas que Bolivia puede introducir al mercado internacional donde además se prevé la producción de subproductos como el oxígeno y agua potable”, sostiene.

 

ELEVADO NIVEL DE INVERSIONES

 

Para Calderón la construcción de esta planta propuesta y sus posteriores ampliaciones implican un elevado nivel de inversiones y requerimientos técnicos. Por ejemplo, explica que esta planta puede mandar 10 veces la capacidad de generación de electricidad de fuente solar instalada en Bolivia, además de garantizar volúmenes de venta de baterías de litio que superen las previsiones de construcción actuales.

 

“Es posible iniciar un movimiento en la industria y producir paneles solares y baterías a gran escala alineada con los planes del Estado para la industrialización del litio”, anota.

 

Asimismo, aclara que si bien los estudios indican que el precio del hidrógeno producido sea competitivo a nivel mundial y se alcancen valores mejores a la de la mayoría de los países, se estima que el precio de 3 USD/Kg obtenido, supere aun por mucho al precio del gas natural subvencionado boliviano para el mercado interno.

 

Para el ejecutivo de la Productora H2 Bolivia S.A., a medida que los activos se deprecien, se mejore la tecnología de producción y se estabilice el precio del hidrógeno como del carbono, este precio se reducirá, asegurando que en esta línea, el 2035 se estaría en ordenes de magnitud que permitan consumir esta fuente en ciclos combinados generando también importantes ahorros.

 

EXPORTAR AL ASIA Y EUROPA

 

Por este motivo, propone iniciar esta industria en base a la exportación del producto a aquellos países que mayor precio pagan en Asia y Europa debido a sus elevados costes de transición energética. “Luego, dice, una vez sea lo suficientemente accesible para la economía boliviana, en 2035, empezaremos nuestra sustitución del gas con esta fuente renovable.”

 

Calderón insiste en que esta sustitución debe ser racional en sus etapas, remarcando que para ello es fundamental cambiar la matriz de generación del país, incrementando la alícuota de fuentes renovables de la matriz energética por encima del 35% al 65% en términos de energía. “Luego es posible llegar a la neutralidad de emisiones en la matriz de generación casi inmediatamente”, anota.

 

Señala la importancia de efectivizar este proyecto priorizando el conocimiento específico alrededor del tema y el nivel de inversiones elevadas recomendando la necesidad de considerar, en su desenvolvimiento, la participación conjunta del Estado y del sector privado nacional y extranjero, además de la banca internacional, interesada en el financiamiento de las energías renovables.

 

Concluye recomendando la creación de un nuevo ente estratégico estatal (tal como YPFB o ENDE) dedicado a codesarrollar la iniciativa, adquirir conocimientos y posteriormente liderar el desarrollo de la producción de esta fuente renovable de energía en Bolivia.

 

 

Se prevé inversiones mayores a los 1500 millones de dólares, 1.0000 nuevas fuentes de trabajo y generación de una economía alrededor de este negocio…”

 

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