EDICIÓN 97 | 2021

Vesna Marinkovic U.

 

A la fecha, Bolivia no ha encontrado aún el proceso tecnológico adecuado que le permita producir litio de grado batería de las salmueras de Uyuni, en condiciones de rentabilidad económica y de sostenibilidad ambiental, sin afectar al ecosistema, dice el entrevistado remarcando que esto significa que Bolivia tiene importantes recursos de litio, pero, no tiene aún reservas de litio.

 

1Algunos historiadores sostienen que la caída de los precios inter nacionales de la plata, originó en 1870 una larga e irreversible caída de la industria minera en el país que se prolonga hasta nuestros días, en este marco, ¿el litio podría revitalizar la minería en Bolivia?

 

En realidad, la caída de los precios internacionales de la plata no originó en 1870 una larga e irreversible caída de la industria minera en el país, que se prolonga hasta nuestros días, como se indica en la pregunta. Al respecto, es importante revisar un poco la historia:

 

Después de instaurada la República, durante los primeros 50 años de vida independiente, la minería boliviana se mantuvo incipiente y su contribución al erario nacional fue mínima. Dos factores impedían el renacimiento de la minería: uno era el monopolio estatal de la exportación de la plata y el otro, las frecuentes emisiones de moneda “feble”. Como la plata era pagada por el Estado en moneda “feble”, resultaba un impuesto “ad valorem” de entre 20 y 25%. Para reactivar la minería fue necesario que el Congreso dictara dos leyes: La libre comercialización de la plata (Congreso de 1873) y la prohibición de emitir moneda “feble” (Congreso de 1874).

 

Estas medidas generaron las condiciones para que, a finales del Siglo XIX, una generación de empresarios desarrollara un nuevo auge de la plata, posterior a la Colonia, con las minas de Huanchaca (Pulacayo), Tatasi, Portugalete, Colquechaca y otras. A ellos se debe la construcción de los primeros ferrocarriles en Bolivia y su conexión con los puertos del Pacífico. La gran figura de esa época es la del industrial minero, Aniceto Arce, dueño de Huanchaca y presidente de Bolivia entre 1884 y 1888.

 

A comienzos del Siglo XX la minería de la plata fue cediendo su importancia ante el surgimiento de una pujante minería del estaño, que llegó a desarrollar lo que fueron las minas más productivas de estaño del mundo. Entre 1900 y 1942 las exportaciones bolivianas de estaño crecieron aceleradamente hasta llegar al 45% de la producción mundial de este metal. Eran los años excepcionales de Simón I. Patiño, un legendario y polémico industrial minero conocido como el “rey del estaño”, que llegó a ser uno de los hombres más acaudalados del mundo. Otros importantes mineros de la época fueron Carlos Víctor Aramayo y Mauricio Hostchild.

 

Este fragmento de la historia minera de Bolivia nos muestra que, luego del fin del auge de la minería plata, a fines del Siglo XIX y comienzos del XX, la minería boliviana se reconvirtió al estaño, alcanzando una productividad sin precedentes.

 

Respondiendo a la pregunta: El litio sí podría contribuir en algo a la reactivación de la minería boliviana, pero la generación de riqueza que se espera de ese metal estratégico no está tanto en su minería extractiva como en el valor agregado de sus aplicaciones energéticas e industriales.

 

2Usted ha sido actor en las prime ras gestiones para industrializar el litio, ¿cómo observa el estado del litio en Bolivia al momento?

 

Si el contrato que se negoció en 1989 con la Lithium Corporation of America (LITHCO) no se hubiera frustrado, probablemente, el actual “boom” del litio hubiera encontrado a Bolivia ya posicionada como un importante productor de litio a escala mundial, y nuestro país se estaría beneficiando de la riqueza que genera dicho “boom”. Recuerdo que la proyección de la participación de Bolivia era de algo más del 50% del flujo de caja a ser generado por el proyecto que se frustró.

 

A la fecha, Bolivia no ha encontrado aún el proceso tecnológico adecuado que le permita producir litio de grado batería de las salmueras de Uyuni, en condiciones de rentabilidad económica y de sostenibilidad ambiental, sin afectar al ecosistema. Esto significa que Bolivia tiene importantes recursos de litio, pero no tiene aún reservas de litio. Es evidente que el proceso de evaporación solar y precipitación de sales en piscinas, intentado hasta ahora en Uyuni, no es el adecuado para la composición química de las salmueras, muy altas en magnesio y relativamente bajas en litio, como tampoco lo es para las condiciones meteorológicas existentes en dicha región.

 

El proyecto de Uyuni necesita de innovación tecnológica y de inversión para superar su retraso. Los nuevos procesos tecnológicos de extracción directa, por filtración de iones, u otras técnicas, que podrían reducir a horas la extracción de litio, con altas recuperaciones de litio, de manera limpia y amigable con el medio ambiente, en lugar de los meses o años, las bajas recuperaciones y la contaminación, del proceso de evaporación solar, son una esperanza real.

 

3La minería es una industria que requiere necesariamente capital extranjero?

 

En el Siglo XXI, la minería se caracteriza por una continua innovación productiva y generación de valor. Esta tendencia está relacionada con el uso de tecnología, el empleo de mano de obra calificada y bien remunerada, la protección del medio ambiente y sobre todo con el uso intensivo de capital.

 

Es necesario comprender que el sector minero de Bolivia necesita, sobre todo, de una gran dinámica de exploración para salir de su letargo. Pero la exploración y el desarrollo racional de los recursos minerales requieren de capital y tecnología intensivos, que actualmente no los tiene Bolivia. El país debería por lo tanto promover inversiones mineras en condiciones equitativas y transparentes.

 

4Cree que hay una disputa de capitales alrededor del litio en estos momentos?

 

El litio es un metal estratégico en el contexto de la revolución energética y tecnológica que caracteriza a nuestra época. Es por ello que los países tecnológicamente desarrollados e industrializados tienen gran interés por asegurar, para sus industrias, fuentes de suministro de este metal. El Salar de Uyuni es, sin duda, un reservorio de importancia mundial y atrae el interés de potenciales inversionistas. Sin embargo, no se debe dejar de considerar que el litio es un metal muy abundante en la corteza terrestre y en los últimos años, los esfuerzos de exploración en el mundo están dando lugar a nuevos descubrimientos de yacimientos de litio. Un ejemplo es el descubrimiento en Macusani, Perú, a 150 kilómetros del lago Titicaca, de un rico yacimiento de litio en tobas. Este descubrimiento ha puesto al Perú en el mapa de la minería del litio, junto con Bolivia, Chile y Argentina, que forman el denominado “triángulo del litio”, donde se encuentran los mayores recursos de litio en el mundo.

 

5Bolivia debería tener una política de Estado para la explotación del litio?

 

Si, desde luego

 

 

6Extracción y transporte ha sido un problema de larga data en la industria minera, ¿cómo observa ahora esta situación?

 

La mayor necesidad por productos mineros contrasta con el agotamiento y empobrecimiento de las minas. Los yacimientos son cada vez de leyes más bajas, de contenidos más complejos y se encuentran a mayor profundidad o en áreas remotas, lo cual hace que la explotación minera, incluidos la extracción y el transporte, resulte cada vez más difícil desde el punto de vista técnico, y más costosa. Este complejo desafío está impulsando el imperativo de la innovación tecnológica, que caracteriza a la minería empresarial del Siglo XXI.

 

La estrategia de innovación tecnológica en la minería supone la transferencia y adaptación de tecnologías existentes y el desarrollo de otras nuevas, para dar solución a problemas específicos de extracción, transporte y procesamiento en cada mina o yacimiento, problemas que no son iguales ni uniformes. La minería tele-robotizada, es decir, el uso de maquinaria robótica controlada a distancia para extraer minerales, está mejorando la productividad y reduciendo el riesgo de accidentes. Se utilizan robots para inspeccionar equipos con el fin de mejorar la eficacia de los servicios de mantenimiento. Los camiones de transporte de mineral son también totalmente autónomos. El transporte de concentrados y de residuos se lo realiza en muchos casos mediante tuberías. Las nuevas tecnologías digitales están permitiendo alcanzar mayores niveles de integración y automatización de las operaciones de procesamiento y gestionarlas de manera remota. Todo ello disminuye los riesgos, mejora la productividad y disminuye los costes.

 

El litio es un metal estratégico en el contexto de la revolución energética y tecnológica…”

 


En Bolivia, la infraestructura en las regiones mineras siempre ha sido difícil, si bien en los últimos años ha mejorado, especialmente en caminos, telecomunicaciones y aeropuertos. Bolivia necesita planificar sus inversiones en infraestructura de comunicaciones, energía y de transporte, teniendo en cuenta a la minería. Faltan aún mecanismos normativos que permitan el cofinanciamiento de obras de infraestructura entre el Estado y los operadores mineros. Estos mecanismos son aplicados exitosamente en otros países.

 

7Se dice que la industria del litio promueve una energía más limpia sin embargo, los procesos deextracción del litio continúan siendo agresivos para el medio ambiente y, no han dejado de necesitar hidrocarburos como el diésel en su cadena de suministro y gestión, ¿verdad?

 

Si bien la industria del litio está orientada a promover una energía más limpia que la generada con combustibles fósiles, no olvidemos que los vehículos eléctricos, están fabricados con productos mineros, incluido el litio (son minería con neumáticos); y la minería, en general, es una actividad de gran impacto social y ambiental, que utiliza todavía hidrocarburos. Casi todo lo que usamos los humanos está hecho de recursos extractivos; y es por eso que el cuidado del medio ambiente en las actividades extractivas de recursos naturales es uno de los pilares fundamentales para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible (ods) adoptados por los países miembros de la ONU.

 

“No estoy de acuerdo que el nivel de formación de Postgrado en las mejores Universidades Chilenas hubiera bajado…”

 

 

8Después de todo lo dicho, ¿cuál su lectura sobre la minería en Bolivia?

 

El boom del gas natural ha terminado, y nuevamente los minerales son el principal rubro de exportación de Bolivia. A partir de 2016, el valor de la exportación de minerales supera al de la declinante exportación de gas natural. Una vez más, la economía de Bolivia depende en gran medida de la minería, pero el país necesita resolver varios cuellos de botella para despegar con una minería diná- mica, moderna y sostenible.

 

Pese al potencial y variedad de los recursos minerales del territorio boliviano y a la coyuntura alcista de precios, combinada con una sólida perspectiva de más largo plazo para el mercado internacional de minerales, la minería boliviana dista mucho de adecuarse a las tendencias y desafíos de la minería mundial para un desarrollo sostenible y muestra preocupantes síntomas de insostenibilidad.

 

La dimensión de la minería boliviana es muy modesta si se la compara con las de nuestros vecinos mineros Chile y Perú. En el caso chileno, en 2018 las exportaciones mineras llegaron a la suma de 41.711 millones de dólares y las de Perú bordearon los 29.000 millones, en tanto que Bolivia solo alcanzó a 4.000 millones.

 

Actualmente, en Bolivia coexisten dos estilos muy diferentes de actividad minera. De un lado, un gran número de minas operadas en su gran mayoría por cooperativas, que realizan sus actividades en el margen de la informalidad. En su inmensa mayoría, estas operaciones se caracterizan por la depredación y parcelación de los yacimientos, intensa contaminación ambiental, informalidad laboral y condiciones inhumanas de trabajo, así como por la falta de capacitación, seguridad social e industrial, asesoramiento técnico y acceso formal a financiamiento. La aportación de estas minas a los ingresos fiscales es mínima, como restringido es su impacto en el desarrollo económico de las regiones donde operan. Sin embargo, este sector ocupa a más del 90% de la fuerza laboral minera, y participa con alrededor del 11% del tonelaje total de minerales producidos en el país. De ahí, también, su relevancia social.

 

Del otro lado, destaca una minería empresarial moderna, compuesta por no más de cinco compañías mineras de capital extranjero, que invirtieron en exploración y en proyectos productivos antes de la vigencia de la actual Constitución y de la Ley de Minería y Metalurgia. Este puñado de empresas es la columna vertebral de la minería boliviana, ya que participa con el 76,5% del tonelaje total de los minerales producidos, empleando tan solo al 4,2% de la fuerza laboral, y es también el sector que contribuye más en regalías e impuestos mineros (74%); sus operaciones son de alta productividad, con uso intensivo de capital y tecnología.

 

Sin embargo, debido a las adversas condiciones para la inversión extranjera en el país, las empresas privadas no invierten en labores de exploración; sus esfuerzos se limitan a explotar las reservas en las minas que operan y a ejecutar programas muy restringidos de expansión de reservas en áreas circundantes. Es así como el horizonte de estas empresas en Bolivia está acotado a la vida útil de sus actuales operaciones, con el agravante de que varias ya han agotado sus reservas o están cercanas a la etapa de cierre de las minas. Se añade, a ello, el hecho de que algunas empresas están procurando transferir sus intereses en Bolivia y abandonar el país.

 

Por lo tanto, bajo las condiciones imperantes, las operaciones de la minería privada en Bolivia no son sostenibles. La razón principal tiene que ver con el contexto jurídico, tributario, político y social de gran incertidumbre y mayormente adverso para la inversión minera. Huelga decir que las consecuencias de un mayor achicamiento del sector empresarial serían desastrosas para toda la minería y para el conjunto de la economía nacional. De imponerse esta tendencia, ya no habría barreras para la casi completa informalización de la actividad minera, con el consiguiente daño irreparable a los recursos extractivos, al medio ambiente, al empleo y al bienestar de las regiones mineras.

 

Un tercer actor minero es la estatal COMIBOL, que emplea al 4,2% de la fuerza laboral minera y produce el 12,5% de la cantidad total de minerales. Lamentablemente, esta empresa parece estar sufriendo los mismos males que la condujeron a su bancarrota en el año 1985: burocracia hipertrofiada, carencia de recursos humanos calificados, baja productividad, falta de capital y tecnología, proyectos mal concebidos y sucesivas pérdidas económicas.

 

Frente a estos problemas urge un sinceramiento nacional, que asuma la realidad del letargo y estancamiento de nuestra minería, y entienda que el despegue de la industria minera pasa, ante todo, por una gran dinámica de exploración y desarrollo de los recursos minerales, lo cual no es posible sin la inyección de capital y tecnología, que el país no los tiene, y en ausencia de una corriente de inversión como la que mueven otros países.

 

 

“Bolivia necesita planificar sus inversiones en infraestructura de comunicaciones, energía y de transporte…”

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