En tiempos de crisis, solemos pensar en los seres humanos. Nicolai Kardashov nos dejó el legado de pensar que los seres inteligentes pueden expandirse por el cosmos sin tener que destruirse a sí mismos, a mejor manejo de la energía o viceversa.

 

…“cybors” capaces incluso de autoreplicarse, incrementando las posibilidades de recrearse a millones…”

Cuando el mundo comienza a estar asolado por una pandemia que está en el aire, como un enemigo invisible como el COVID-19 por ahí es bueno saber a qué tipo de civilización correspondemos en la escala de Nicolai Kardashov, el astrofísico soviético que propuso un criterio de clasificación de las civilizaciones en función de su grado de aprovechamiento de los recursos energéticos en la tierra.

Según Kardashov, habría tres grandes tipos de civilizaciones: la del Tipo I que englobaría a aquellas que están en condiciones de utilizar todos los recursos energéticos de su planeta; las de Tipo II, las habilitadas para utilizar todos los recursos de su estrella y su sistema planetario; y, finalmente, las de Tipo III, que pueden utilizar todos los recursos energéticos de su galaxia.

Nosotros, los soberbios habitantes del planeta tierra, no hemos llegado a aprovechar plena ni eficientemente los recursos energéticos de los que disponemos en la tierra: combustibles fósiles, agua, plantas y animales. Claro que esto no quiere decir que debamos dar fin con todo lo que tenemos, sino aprovecharlos de manera adecuada y eficiente para la generación de energía.

CIVILIZACIÓN TIPO I

Si pudiéramos servirnos de la energía del planeta sol, recolectando y almacenándola para poder satisfacer las demandas de energía de todos los habitantes de la tierra, estaríamos en la categoría del Tipo I. Por el momento, apenas llegamos a una puntuación de 0,7 en la escala de Kardaschov, según las estimaciones de este científico ruso.

Actualmente, aprovechar toda la energía del Sol y más aun emular un Sol para nuestro abastecimiento energético, es una apuesta muy precaria que limita nuestras posibilidades de producir la totalidad de energía necesaria que nos permita alcanzar el rótulo de civilización avanzada.

Según Kardashov, si lográramos aprovechar toda la energía disponible del Sol, podríamos estar en condiciones de tener un control absoluto sobre todas las fuerzas de naturaleza como, por ejemplo, los volcanes, tormentas y también los terremotos. Es decir, todo aquello que, de una u otra forma, produce energía en la tierra.

CIVILIZACIÓN TIPO II

Si estuviéramos en el rango de civilización Tipo II, estaríamos precisamente en condiciones de aprovechar la totalidad de energía del Sol, la estrella más cercana a la tierra. Según Kardashov, esto no sólo permitiría transformar la luz solar en energía, sino tener un control sobre la estrella. Si por otro lado pudiéramos tener el poder de la fusión (la misma forma en que las estrellas obtienen su energía) a partir de la consolidación de un reactor gigantesco similar al Sol, este podría suministrar la demanda energética de la tierra de forma más limpia que las que hoy nos permiten abastecernos de energía.

Los científicos como Kardashov dicen que incluso si una luna o asteroide gigante fueran a entrar en colisión con el planeta, esta especie podría vaporizarlo sin problema alguno e incluso mover toda la población a un nuevo planeta. Algo que sin duda hasta podría servirnos en tiempos de pandemias como la del Coronavirus que soporta la tierra, desde diciembre de 2019.

CIVILIZACIÓN TIPO III

Bajo los plantemientos de Kardashov, la especie de este tipo de civilización, estaría transitando la fase de controlar un planeta a controlar estrellas y sistemas solares completas, lo que le conferiría ser inmune a la extinción, solamente a partir del control y uso de la energía.

Estaríamos hablando de una especie intergaláctica con un conocimiento absoluto sobre el manejo y gestión de la energía, lo que les transforma en una especie superior desde el punto de vista que actualmente tenemos del ser humano sobre la tierra.

Este nivel de civilización supondría, en términos de tiempo humano, cientos de miles de años de evolución por lo que se especula que, si efectivamente existen estos seres, los mismos han alcanzado un elevado nivel de evolución. Serían algo así como “cybors” capaces incluso de autoreplicarse, incrementando las posibilidades de recrearse a millones por toda la galaxia, excediendo por el momento la capacidad de cualquier especie, según Kardashov y, además, vivirían dentro de agujeros negros masivos con la capacidad de extraer energía de todas las estrellas.

Está claro que los alcances de los planteamientos de Kardashov nos permiten pensar que, a mejor manejo de la energía, estamos también en posibilidades de alcanzar niveles de civilización cada vez más elevados al punto de permitirnos el manejo completo del universo. Por el momento, los seres humanos estaríamos muy lejos de este nivel y en caso de lograrlo, habría que aprender, prioritariamente a cuidar adecuadamente la tierra y a los propios seres humanos.

En este marco, Daniel Marin, dice que Kardashov, el científico ruso quien nos permite este tipo de disquisiciones necesarias para el conjunto de la humanidad, imaginando civilizaciones capaces de gestionar la energía de toda una galaxia, nunca pudo descubrir pruebas de la existencia de civilizaciones extraterrestres pero agrega que Kardashov, como Sagan, siempre fue un optimista con respecto al futuro de nuestra especie. “Probablemente por eso fue capaz de imaginar que los seres inteligentes pueden expandirse por el cosmos sin tener que destruirse a sí mismos”, subraya.

 

 

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