Con el propósito de reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de la población, mediante operaciones bancarias, las instituciones financieras han comenzado a considerar criterios de sostenibilidad social, económica, financiera y ambiental. De ahí el compromiso con las finanzas verdes.

 

EDICIÓN 105 | 2022

Elizabeth Riva Álvarez

La banca boliviana, como todo el sistema financiero internacional, está ante el reto de enmarcar sus procesos y operaciones en la sostenibilidad, generando una actividad más amigable con el planeta, capaz de contribuir decisivamente en la lucha contra el cambio climático.

 

La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) se ha adherido al pacto global de la Naciones Unidas que insta a tomar acciones para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de bienestar, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

“Tenemos un proyecto concreto para incursionar en las finanzas sostenibles de manera más efectiva. Estamos trabajando en una plataforma de medición de impacto, en alianza con el PNUD, que nos permitirá conocer cuál es el impacto que hoy tenemos, con la cartera de créditos ya colocada, en el desarrollo sostenible”, dijo el Secretario Ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Nelson Villalobos, en el coloquio sobre Banca Sostenible organizado por la revista ENERGÍABolivia, que también contó con la participación de Mauricio Velásquez, ejecutivo principal de negocios verdes en la dirección de Acción Climática y Ambiental de CAF Banco de Desarrollo de América Latina.

 

Villalobos afirmó que la banca, en su labor de intermediación financiera, es un centro que irradia conexiones con toda la red de compañías e inversionistas con la que se relaciona en un contacto frecuente asegurando que, por tanto, puede influir en el enfoque y comportamiento de estos actores para beneficiar proyectos orientados a aspectos medioambientales y sociales, mediante inversiones verdes y negocios inclusivos.

 

CAF, BANCO VERDE

 

CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, en medio de la pandemia por el Covid-19, a mediados de 2021, decidió cambiar de rumbo para convertirse en el banco verde de la región, determinación que fue consolidada en la más reciente reunión de directorio que celebró, en Paraguay. “Esto significa que nuestras aprobaciones llegarán a un 40% de financiamiento verde hasta el año 2026 y hasta el 2030 probablemente a un 50%”, dijo Mauricio Velásquez.

 

El representante del organismo multilateral manifestó que este nuevo rumbo responde a enfatizar los principios que tiene CAF para el desarrollo de la región, junto al sistema financiero.

 

“Eso significa una serie de cambios en la estructura de CAF, también en nuestro relacionamiento que se incrementa y mejora con los países y con todos los socios y sectores productivos de la región. Los países tienen también compromisos climáticos declarados y necesitan financiamiento para llegar a cumplirlos, de igual manera en temas de biodiversidad o combate a la descertificación, entre otros”, dijo.

 

Respecto a la banca privada, remarcó que CAF viene trabajando en la capacitación y entrega de herramientas que permitan al sector alinearse con las nuevas declaraciones y compromisos para adoptar las finanzas sostenibles, ámbito en el que las entidades de la región ya tienen avances importantes.

 

MEDICIÓN DE IMPACTO

 

Velásquez y Villalobos coincidideron en que es importante acelerar el proceso para consolidar las finanzas que beneficien los proyectos de eficiencia energética y los negocios verdes en general, y también contar con las herramientas para medir el impacto que se está logrando.

 

“Bolivia y algunos bancos en concreto han estado en contacto para la obtención de este tipo de financiamiento pero prevalecen algunas dificultades como ser los requisitos que se presentan o las tazas asociadas a estos créditos, toda vez que son generalmente en moneda extranjera y en Bolivia hay un tipo de cambio fijo que representa un riesgo de cambio implícito, lo cual puede encarecer estos financiamientos”, dijo el ejecutivo de Asoban.

No puede haber desarrollo sostenible, justicia ni bienestar social sin la participación del sector privado…”

 

 

“Es un proceso en cual estamos adquiriendo el conocimiento y las herramientas que después nos permitan medir el impacto de la actividad bancaria, a través del crédito, para delinear protocolos estándar y protocolos verdes, sobre los que podamos diseñar una serie de instrumentos, políticas y productos financieros”, dijo.

 

CAF también trabaja en programas de apoyo. “Se coordinó una iniciativa regional de eficiencia energética, para preparar a intermediarios financieros, bancos de la región, para que tengan ciertas herramientas de monitoreo, reporte y verificación de proyectos de eficiencia energética hacia distintos sectores y distintos tipos de clientes y que puedan reportar correctamente, con los indicadores necesarios, también tener sistemas de gestión de riesgos adecuados”, complementó Velásquez.

 

Este programa generó incluso manuales específicos de tecnología, para que cualquier oficial de negocios pueda verificar, por ejemplo, la tecnología que su cliente le pueda solicitar.

 

Las finanzas sostenibles, para un desarrollo efectivo, tienen como contraparte necesaria la demanda de los clientes o usuarios financieros que optan por negocios o emprendimientos que cumplen parámetros de eficiencia energética y las políticas de Gobierno o país que deben priorizar los incentivos para este sector.

 

ENERGÍAS RENOVABLES

 

El responsable de negocios verdes de CAF considera que Bolivia es un país rico en energías renovables y que la hidroeléctrica ocupa un lugar preponderante y de gran interés.

 

“Como CAF, en los 52 años que ya estamos por cumplir, hemos financiado varios proyectos de desarrollo y eficiencia energética como ser líneas de trasmisión e hidroeléctricas. Hay fondos climáticos y fondos verdes para financiar junto a otros organismos multilaterales”, dijo.

 

Villalobos complementó señalando que la banca privada nacional todavía no es parte del financiamiento de los grandes proyectos de energía alternativa que se desarrollan en el país. “No puede haber desarrollo sostenible, justicia ni bienestar social sin la participación del sector privado y para eso obviamente requerimos condiciones, incentivos adecuados a la inversión. Aún no están dadas las condiciones para promover inversiones de las condiciones que este tipo de energía (hidráulica, solar, eólica) pueden demandar”.

 

“Aún no están dadas las condiciones para promover inversiones de las condiciones que este tipo de energía (hidráulica, solar, eólica) pueden demandar”.

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