ENERGÉTICA analiza la potencia y energía vs área inundada de los proyectos para su clasificación.

 

  EDICIÓN 101 | 2021


ENERGÍABolivia

Señala que desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental, el uso de fuentes de energía renovables conviene justamente, porque las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), son mínimas en su ciclo de vida, en relación a las fuentes convencionales.

Sin embargo, hace notar que en el caso de las hidroeléctricas que tienen embalses, la discusión está abierta sobre si los GEI que se evitarán, por dejar de usar combustibles fósiles, compensarán aquellos que se emitirán como consecuencia de la masa vegetal que queda bajo el agua (en función del tipo de terreno que sea inundado), y justificarán su empleo más allá de otros impactos adyacentes.

“En esos casos, es evidente que es necesaria una adecuada valoración de impactos y beneficios en múltiples dimensiones (Fearnside 2015). Una herramienta útil es la medición de la huella de carbono de estas hidroeléctricas”, recomienda.

UN INDICADOR ADICIONAL

Agrega que un indicador adicional que puede ayudar en la toma de decisiones entre varios proyectos es hacer relaciones entre la potencia y energía que producirá cada proyecto, por unidad de área inundada, y ver el impacto desde un punto de vista energético.

Señala que con datos recopilados de ENDE 2018, se construye la Tabla 1 que compara diferentes proyectos en operación, en construcción y en estudio.

“Si construimos la relación de densidad de potencia y energía que se generará por cada km2 de terreno que se inunde (la superficie del embalse), se podría contar con criterio adicional de calificación de proyectos”, dice refiriendo que la Tabla 2 muestra precisamente esa relación.

DEL CHEPETE

 

En este marco y como se ve en la Tabla 2, el proyecto más grande en cartera es Chepete, el cual generará 3251 MW y su embalse será de 677 km2 . Explica que este proyecto generará 4,8 MW y 22,9 GWh año por cada km2 de embalse.

 

“Si comparamos con el proyecto Misicuni actualmente en operación, su embalse es de 4,6 km2, genera 26,1 MW por km2 y 47,2 GWh por km2 de embalse. La densidad energética de Misicuni es más de 5 veces que Chepete en potencia y más del doble en energía”, aclara.

 

Agrega que en el caso del complejo Corani – Santa Isabel – San José, tres hidroeléctricas en cascada que aprovechan el embalse de la laguna de Corani de 18 km2 , la densidad energética es de 3 a 1 con relación a Chepete y 4 a 1 en energía.

 

IVIRIZU Y ROSITAS

 

Según ENERGÉTICA, la comparación más extrema es entre el Proyecto Ivirizu y Rositas, guardando las dimensiones absolutas de cada proyecto y afirma que Ivirizu generará 279 MW/km2 de embalse, mientras que Rositas generaría 1,3 MW/km2 de embalse.

 

“En términos de energía, Ivirizu generará 1.119 GWh/km2 de embalse, mientras Rositas aportaría con 5 GWh/ km2 de embalse”, subraya.

 

PROYECTOS EFECTIVOS VS INEFICIENTES

 

Asegura, más adelante, que según el Panel Internacional de Cambio Climático-IPCC, (CDM UNFCCC, 2006), las centrales hidroeléctricas con una densidad mayor a 10 W/m2 (10), son proyectos elegibles, en los cuales las emisiones del embalse pueden ser omitidas.

En este sentido, precisa que las densidades de potencia y energía permiten establecer una conclusión técnica preliminar de que, los proyectos hidroeléctricos más efectivos por unidad de área de embalse son los que se encuentran en las faldas de las cordilleras (Ivirizu, Misicuni, Corani-Santa Isabel- San José) ya que presentan una densidad de potencia mayor a 10 MW/km2 .

 

“Con estos criterios se podría decir que, desde el punto de vista de la densidad energética de embalse, Rositas resulta ser el proyecto con el rendimiento más pobre por cada km2 de terreno que se inunde para el embalse”, remarca agregando que, en esa línea, los proyectos más ineficientes serían Rositas, Cachuela Esperanza, El Bala y Chepete.

 

Hace notar que en casos donde hay áreas inundadas se debe complementar estos indicadores físicos con otros como, por ejemplo, la estimación de las emisiones de GEI en los embalses.

 

Es decir, aclara, que si la intención es desplazar centrales térmicas, el parámetro de emisiones debería ser crucial para lograrlo, precisando que si una central hidroeléctrica de embalse emite más CO2 que una central de gas natural, por ejemplo, de antemano es “contraproducente”, pues no logra rebajar las emisiones y además genera otros impactos negativos en el medio.

PROYECTOS RECOMENDABLES

 

En esta línea afirma que el proyecto Ivirizu, si bien es un excelente proyecto en temas de rendimiento energético, asegura que el problema radica precisamente en el área en el cual está siendo implementado y los impactos ambientales que serán causados desde el momento de la ejecución, puesto que se está interviniendo un área de alta biodiversidad. “Este proyecto está en fase de construcción avanzada, la situación exige que se realice una evaluación sobre la intervención que se está realizando y su impacto real”, recomienda.

 

Ivirizu se encuentra en el límite del Parque Nacional Carrasco y cuenta con la respectiva Licencia Ambiental. La fiscalización está a cargo del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), quienes velan por el cumplimiento de lo establecido en la Licencia Ambiental, de acuerdo a un reporte del periódico Opinión, del 24 de enero de 2019.

 

ENERGÉTICA dice que los proyectos Icona y Carrizal son recomendables en su ejecución, pues no se encuentran en ningún área protegida, están ubicados en partes altas de la cuenca y sus superficies de inundación permiten un rendimiento de generación que excede el mí- nimo establecido.

 

NO RECOMENDABLES

 

Dentro de este mismo análisis indica que después de realizada la evaluación y aplicando los criterios de viabilidad en función a la información que se tiene disponible, se ve que los proyectos más controversiales efectivamente son aquellos que se ubican en áreas protegidas de gran importancia ecológica, como el Parque Nacional y el Área Natural de Manejo Integrado – ANMI Madidi, que es el caso de los proyectos Chepete y El Bala; y aquellos que se encuentran en áreas tropicales como ser Cachuela Esperanza y Madera, donde según estudios generan mayor impacto por tratarse de topografías casi planas y contar con bastante biomasa, la cual generaría elevadas emisiones de GEI.

 

En el caso del proyecto Rositas, acota que si bien las obras que componen el sistema hidroeléctrico no se encuentran en el área protegida, el área de inundación afecta tres áreas protegidas: Parque Nacional y ANMI Serranía del Iñao, el Área Protegida Municipal Parabanó y el Área de Manejo Integrado Río Grande Valles.

 

“Por otro lado, no cumple con el criterio de generación/área inundada, de hecho, es uno de los proyectos que tiene el rendimiento más bajo”, subraya agregando que la eventual construcción de Rositas puede significar que varias especies de animales sean expulsadas de su hábitat y las zonas de tránsito de mamíferos sean alteradas por las obras.

 

OBSTRUIRÁN LA CIRCULACIÓN DE PECES

 

Asegura que en esta línea, las represas obstruirán la libre circulación de los peces y evitarán que alcancen las regiones aguas arriba donde anualmente desovan.

 

Hace notar que según el estudio de la consultora EPTISA (2017), empresa a cargo de la elaboración de los estudios ambientales del proyecto Rositas, habrá una gran producción de GEI; y que incluso en el escenario óptimo que implica la remoción del 90% de la biomasa, no se tendría un efecto significativo en la reducción de emisiones de GEI generadas por “la desgasificación del agua que pasa por las turbinas, la descomposición anaerobia de materia orgánica que se genera por organismos autótrofos en la misma represa y por la degradación de la biomasa que queda inundada en la misma represa”.

 

…los proyectos más controversiales efectivamente son aquellos que se ubican en áreas protegidas de gran importancia ecológica…”

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