Pozos maduros y campo Miraflores, pueden reducir importación de combustibles en Bolivia, según Ingenieros de la Fundación Petrolera “Dionisio Foianini” que tendrían varios proyectos para respaldar a YPFB e impulsar la recuperación de reservas y producción.

EDICIÓN 106 | 2022

Elizabeth Riva Álvarez

El desarrollo de pozos maduros de petróleo puede ayudar a contrarrestar la creciente y costosa importación de combustibles, mientras que con el campo Miraflores, de recursos no convencionales, se lograría producir más gas. Ambos proyectos permitirían al país paliar la crisis de hidrocarburos.

Paralelamente, se debe trabajar en reformas a la Ley de Hidrocarburos para atraer inversiones extranjeras que participen en la búsqueda y perforación de nuevos campos petroleros y gasíferos, para recuperar las reservas del país.

Estos son algunos de los aspectos planteados por miembros de la Fundación de Ingenieros Petroleros “Dionisio Foianini”, que cuentan con amplio conocimiento sobre la situación de los hidrocarburos en el país y la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

NO CONVENCIONALES

“Tenemos la oportunidad de poder mejorar la producción de petróleo en campos maduros, con eso se puede ir sustituyendo la importación de líquidos. Por otro lado, el recurso no convencional,en el campo Miraflores, puede permitir producir más gas. Ambas alternativas son inmediatas al igual que los resultados, pero si no hay incentivos para la inversión extranjera no se logrará nada y esto debe ir en paralelo a la búsqueda de nuevos campos”, dijo el reconocido ingeniero petrólero Eduardo Alba Moscoso, en el coloquio desarrollado por la revista ENERGÍABolivia.

Alba explicó que para realizar la fase secundaria y terciaria de recuperación en los pozos maduros se requiere tecnología y equipos que YPFB no tiene, por eso es importante contar con inversión extranjera. “Nosotros, como fundación, pretendemos cooperar con ideas y proyectos que pueden llevar a incrementar las reservas y también coadyuvar con nuevos descubrimientos que ahora precisa el país más que nunca”, afirmó al remarcar que actualmente la industria del sector requiere alrededor de 100 millones de dólares por pozo, por la profundidad y los tiempos más largos que estos demandan.

Agregó que “los tres últimos pozos perforados por el Gobierno han sido un fracaso total para su magra economía, han tenido que gastar más de 160 millones de dólares en busca de hidrocarburos pudiendo haberse hecho algún convenio, modificando la Ley”.

En este marco, el arbitraje, garantías e incentivos a las inversiones, fueron algunos de los puntos señalados para la modificación de la Ley de Hidrocarburos. Solo así se lograría, según el especialista, atraer a las empresas extranjeras para la reactivación del sector.

YPFB se encuentra en una situación de crisis en la producción de hidrocarburos, según los analistas, muestra de eso es que solo se tiene dos taladros activos, de los cinco que se tenía, frente a los aproximadamente 150 taladros que estarían operando en el yacimiento Vaca Muerta, de Argentina. Al respecto, Alba recomendó no descuidar la producción de hidrocarburos, más allá de la urgencia de transitar a una nueva matriz energética. 

TRANSICIÓN ENERGÉTICA

 

Bolivia debe lograr, minimamente, el autoabastecimiento de gas natural para tener una transición energética sostenible, en criterio del ingeniero Iván Rodríguez Rojas, también miembro y ex presidente de la fraternidad Foianini, organización conformada por más de 50 profesionales del sector de hidrocarburos.

 

“Varios países están desarrollando estrategias para la transición energética en base al gas natural. Se creía que esto era un buen pie para Bolivia, por la cantidad de gas que tenemos, pero en la actualidad ya se considera que si no se toman acciones para mejorar la situación, podríamos llegar incluso a importar este recurso”, dijo Rodríguez.

 

“Ambas alternativas son inmediatas al igual que los resultados, pero si no hay incentivos para la inversión extranjera no se logrará nada…”

 

 

Para superar este problema urge la elaboración de políticas energéticas públicas, con miras a los 10 o 20 años próximos que permitan al país tener tranquilidad en cuanto a la producción, abastecimiento y exportación de hidrocarburos. “Actualmente más de dos terceras partes de la matriz energética del país está basada en combustibles fósiles. Lograr la transición significa implementar proyectos hidroeléctricos y desarrollar otras energías renovables”, apuntó.

 

En cuanto a la importación de combustibles, Rodríguez señaló que es “un monstruo” que crece año tras año, y que actualmente se acerca aproximadamente a los 1.700 millones de dólares.

 

“La importación de combustibles es creciente, frente a la producción decreciente. Todos los volúmenes importados son transportados vía carreteras, por cisternas. Es caro e inseguro, esto se puede aliviar utilizando la red de ductos que tenemos, con los ajustes correspondientes, ya sea para combustibles o para traer petróleo y poder refinarlo aquí, en una refinería que debe ser construida”, acotó Rodríguez, especialista en transporte de hidrocarburos.

 

OPORTUNIDADES Y POTENCIAL

 

Enrique Menacho, ingeniero metalúrgico, especializado en Tecnología de Producción de Petróleo y Gas Natural y actual presidente de la Fundación Foianini, considera que YPFB y el sector de energía del país tienen gran potencial y un “mundo de oportunidades” que, sin embargo, deben ser desarrollados con la apertura del Gobierno a escuchar y considerar los proyectos y planteamientos que se tiene en varios sectores de la población y organizaciones profesionales, remarcando que “tenemos mucha fe en nuestra industria”.

 

“Bolivia tiene muchas posibilidades con la hidroeléctrica para remplazar el consumo de gas natural de las termoeléctricas, para destinar ese gas a la exportación, que actualmente tiene un excelente precio internacional. Pero esto debe ser parte de un plan a largo plazo de sustitución de las energías fósiles”, apuntó Menacho también gerente general de Bolinter, una empresa de larga data que presta servicios a la industria petrolera.

 

“Se debe adecuar la situación del país a los requerimientos, debemos tener planes alternativos y la hidroeléctrica es una gran oportunidad”, complementó.

 

Otra posibilidad considerada viable en el país es la producción de shale gas y shales oil, dijo Menacho en alusión concreta a estos combustibles fósiles denominados no convencionales. “Nuestros colegas especialistas en geología y reservas ven importantes posibilidades al respecto”, dijo al indicar que no se debe parar la búsqueda de nuevas reservas petroleras y gasíferas, para lo que hace falta inversión extranjera, otorgando las condiciones adecuadas.

 

“Por ejemplo, cuando hablamos de los 1.700 millones de dólares, por año, que usamos en la importación de combustibles, estamos viendo una operación compartida con intereses extranjeros, pero cuando hablamos de la exploración o perforación de pozos, en condiciones que favorezcan proporcionalmente a las empresas extranjeras, hay sectores que rechazan esa posibilidad y son taras que debemos superar”, afirmó al respaldar la necesidad de modificar y flexibilizar la actual Ley de Hidrocarburos en Bolivia. 

 

“Se debe adecuar la situación del país a los requerimientos, debemos tener planes alternativos y la hidroeléctrica es una gran alternativa”

 

 

 

 
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