Después de más de un año de silencio, YPFB retorna hablando de un potenciamiento de su caballo de Troya: la exploración. Reiterando las ventajas ofrecidas por la nacionalización; habla de reactivación, de alianzas y de 17 proyectos en siete departamentos del país, para descubrir 5 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural con una inversión aproximada de $us 1.400 millones.

 

  EDICIÓN 97 | 2021


Vesna Marinkovic U.

 

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) resurgió de entre las cenizas después de la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de 2006. De ser una empresa residual, durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, pasó a ser la empresa estrella del gobierno de Evo Morales Ayma. Él aseguraba que esta condición era resultado de las medidas de su gobierno; mientras desde la oposición se afirmaba que esto solamente era consecuencia de los precios envidiables de las materias primas; entre ellas, el del gas indexado al petróleo, razón del nuevo ciclo de oro de YPFB.

 

Sea como fuere, de 2006 hasta casi 2018, la empresa bogaba. Tenía a Brasil y Argentina como mercados cautivos: el primero compraba gas a precios más bien bajos y tenía un calendario estacionario en función a su temporada de lluvias, sin embargo, no dejaba de ser un demandante objetivo de este hidrocarburo, vía un contrato a largo plazo. Argentina, por su parte, aceptaba precios más altos, pero, demoraba sus pagos. Con todo, gracias a estos dos mercados, Bolivia pudo posicionarse como exportador confiable de gas y proveedor seguro de este hidrocarburo para el mercado interno.

 

 

Puestas así las cosas, daba la impresión de estar en medio de una ecuación perfecta al punto que se viabilizó el primer proyecto de industrialización del gas, a partir de la construcción de la planta de urea y amoniaco en el Chapare con una inversión de aproximadamente 862,5 millones de dólares, la más alta registrada en la historia de Bolivia, a cargo de la empresa coreana Samsung Engineering Co.

 

NO TODO ERA ORO

 

A finales de 2018 comenzaron las primeras señales de que algo estaba mal en el sector. Los críticos más acérrimos del gobierno de Morales dijeron que la regulación impositiva había limitado la inversión en exploración y que esta coyuntura, junto a la caída de los precios de las materias primas, estaba llevando al país a incumplir sus compromisos con el mercado externo e interno, debido a una inadecuada política en el upstream: “los pozos estrella solamente están produciendo, no hay nueva actividad exploratoria y Bolivia se está quedando sin gas”, dijeron, entre bambalinas, algunos analistas.

 

Después de esta inicial apertura hacia los combustibles verdes, el tema parece estar nuevamente en la cuerda floja y no se vislumbran nuevos acuerdos entre el sector sucroalcoholero y el gobierno; por lo menos, no de manera oficial. Al momento, las inversiones en grandes plantas de este sector no han dejado de ser una realidad y mantienen la apuesta por la diversificación de la matriz energética en el país, vía las renovables, aunque da la sensación de que algo no está totalmente bien.

 

 

Es más, representantes de la Unión de Cañeros de Guabirá, han comenzado a protestar en contra del Gobierno de Luis Arce Catacora, por el incumplimiento de pago de tres meses de compra de alcohol y por la falta de reactivación del programa Etanol.

 

SILENCIO TENSO

 

Por ahora, YPFB parece resurgir nuevamente como el ave Fenix, con anuncios para fortalecer el sector de los combustibles fósiles. El pasado 29 de julio la estatal petrolera presentó su Plan de Exploración asegurando que se constituye en uno de los pilares fundamentales de la reactivación económica nacional.

 

Una reactivación que, según la estatal petrolera, se realizará en alianza estratégica con operadoras internacionales para atender 17 proyectos exploratorios distribuidos en siete de los nueve departamentos del país, los mismos que estarán orientados a descubrir 5 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural con una inversión aproximada de $us 1.400 millones para éste y el siguiente año, según el discurso del presidente Luis Arce Catacora, en la presentación de dicho plan en Santa Cruz de la Sierra.

 

Asumimos la responsabilidad de reimpulsar la exploración, explotación y producción de hidrocarburos…”

 

 

En la oportunidad, el primer mandatario no dejó de destacar la gravitación de la empresa en el conjunto de la economía nacional señalando que “el sector hidrocarburos generó $us 41 mil millones de dólares en los últimos 14 años de vigencia del modelo económico productivo y social”, efectivo, en su criterio, gracias a la nacionalización de los hidrocarburos.

 

“Solamente viendo el sector hidrocarburos uno puede darse cuenta de la importancia que tiene este sector para nuestro modelo económico. Este plan, sin duda, es de vital importancia para darle continuidad a uno de nuestros elementos del modelo económico”, remarcó la primera autoridad del país durante la presentación formal del mencionado Plan Nacional de Reactivación del Upstream 2021.

 

A su turno, el presidente a.i. de YPFB, Wilson Zelaya, dijo que: “Asumimos la responsabilidad de reimpulsar la exploración, explotación y producción de hidrocarburos desde un enfoque distinto, más eficiente, con una cartera de oportunidades de exploración de campos maduros y cerrados a ejecutarse tanto por YPFB, como por sus empresas subsidiarias y operadoras, siempre en el marco de alianzas estratégicas de beneficio mutuo.”

 

Para el ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina, también presente en dicho evento, la nacionalización de los hidrocarburos fue definitiva para apuntalar eficientemente la industria hidrocarburífera en Bolivia y “lograr un crecimiento económico y social de la mano de la industrialización del país con la generación de excedentes.”

 

En un ambiente no exento de expectativas por lo que podría ser la reactivación del sector y, junto a éste, del conjunto de la economía nacional, YPFB firmó varios contratos de suministro, convenios de estudio y de evaluación regional que abarcan las zonas del Subandino Sur y Norte, Boomerang y Madre de Dios, en los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba, Pando, Beni y La Paz.

 

En el evento se aclaró que YPFB tendrá un rol operativo para la ejecución de estos proyectos tanto por cuenta propia como en sociedad estratégica a través de contratos de servicios petroleros (CSP), con empresas operadoras asentadas en el país o en el exterior, destacando su intención de atraer nuevas inversiones, aunque no se dijo nada sobre la modificación de las condiciones regulatorias vigentes en Bolivia, para el sector de los hidrocarburos.

 

Entre las empresas que participaran de los convenios de estudio, contratos de servicios petroleros, acuerdos de evaluación regional, comercialización de gas y memorándums de entendimiento están: YPF E&P Bolivia, Vintage Petroleum, Ambar Energy, Delta Energía y Geoproduction, junto a las empresas subsidiarias YPFB Chaco y YPFB Andina.

 

 

 

 

 

 

 

“…YPFB tendrá un rol operativo para la ejecución de estos proyectos tanto por cuenta propia como en sociedad estratégica…”

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